Textos sobre Zimbabue

1 enero, 2013 • Reseñas • Vistas: 6957

cfr_logo Nicolas Van de Walle

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The Fear: Robert Mugabe and the Martyrdom of Zimbabwe, Peter Godwin. Little, Brown and Company, 2011, 384 pp. US$26.99.

Making History in Mugabe’s Zimbabwe: Politics, Intellectuals, and the Media, Blessing-Miles Tendi, Peter Lang, 2010, 304 pp. US$63.95.

Zimbabwe’s Land Reform: Myths and Realities, Ian Scoones, Nelson Marongwe, Blasio Mavedzenge, Jacob Mahenehene, Felix Murimbarimba y Chrispen Sukume, James Currey, 2010, 272 pp. US$29.95.

Leer estos tres excelentes libros sobre Zimbabue durante el régimen de Robert Mugabe produce una suerte de efecto Rashomon: así de diferentes son los elementos que destacan y la información que presentan. El angustioso recuento que hace Godwin de los acontecimientos durante el punto álgido de la violencia política en 2008 fluye perfectamente dentro de la narrativa dominante de los sucesos. Una secuela un poco menos autobiográfica de sus memorias publicadas en 2006, When a Crocodile Eats the Sun (Back Bay Books), su nuevo libro examina la violenta represión que Mugabe emprendió cuando su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue- Frente Patriótico (ZANU-PF), perdió las elecciones ante el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) en marzo de 2008. Godwin relata historias terribles de partidarios del mdc que fueron golpeados, torturados y asesinados por pistoleros del régimen, en el contexto de un país que se ha colapsado económica y moralmente. Aunque la pequeña minoría blanca de Zimbabue figura de manera prominente en el libro, se trata menos de cuestiones raciales que de los horrores de una dictadura cruel y arbitraria, y del intento de los valientes hombres y mujeres que luchan por promover la democracia y el Estado de derecho.

Los otros dos libros representan críticas de esta narrativa dominante. Ninguno ignora la violencia, pero ambos retratan el actual enfrentamiento entre el gobierno del ZANU-PF dirigido por Mugabe y la oposición prodemocrática de Zimbabue como el desenlace inevitable de una larga historia de explotación colonial y desigualdad. El acuerdo de Lancaster House de 1979, que culminó con la independencia de Zimbabue, dejó el 42% de las tierras cultivables del país en manos de cerca de 6 000 agricultores comerciales, principalmente blancos. La conveniencia económica llevó a Mugabe a descuidar en gran medida la reforma agraria hasta finales de los noventa, cuando el gobierno tomó la decisión, relativamente popular, de expropiar por la fuerza las propiedades de los blancos, un movimiento que desencadenó la crisis actual. Sea cual sea el resultado, el libro de Tendi y el de Scoones y sus colegas sugieren que ningún gobierno futuro logrará devolverle al sector agrícola comercial propiedad de los blancos la prominencia que tenía en el pasado.

Como Tendi explica en su cautivante análisis del debate al interior de las élites de intelectuales y de los medios de comunicación de Zimbabue, el colonialismo había generado un poderoso conjunto de reclamos nacionalistas que se centraban en cuestiones raciales y de propiedad de la tierra, que legitimaron las posturas de línea dura del ZANU-PF. El libro critica abiertamente la represión de Mugabe, pero su objetivo principal es argumentar que las ideas fueron importantes para que Mugabe permaneciera en el poder. Los intelectuales de Mugabe promovieron una «historia patriótica» que puso al mdc a la defensiva y debilitó las demandas de los colonos blancos, pues se consideraba que se habían apropiado de la tierra que ahora cultivaban. Tendi seguramente tiene razón al declarar que la indignación de Occidente se ha centrado demasiado en el destino de los agricultores blancos, y que los occidentales son demasiado indulgentes con las injusticias históricas que siguen fermentándose en el imaginario nacional. El libro ayuda a los lectores a comprender por qué Mugabe todavía tiene tanto apoyo, incluso si, al final, las ideas políticas tienen menos que ver con la longevidad de su régimen que la fuerza bruta.

Según Scoones y sus colegas, aunque gran parte del proceso de la reforma agraria ha sido ilegal, violento y caótico, ha sido relativamente eficaz para redistribuir la tierra a los campesinos que antes no la tenían. Con un análisis cuidadoso de la reforma agraria en la provincia sureña de Masvingo, el libro muestra que un gran número de campesinos que antes no tenían tierras ahora están haciendo inversiones productivas y han mejorado sus perspectivas de seguridad alimentaria en el largo plazo. Algunos de sus aliados políticos se han beneficiado con el programa, pero los autores sostienen que los medios han exagerado burdamente este fenómeno. Sin embargo, no analizan los costos de oportunidad de la reforma agraria, que posiblemente incluyen una década de violencia política, la disminución del PIB en un tercio y un aumento del 50% en el nivel de pobreza.

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