Carta del Director

Los conflictos regionales siguen siendo  motivo de preocupación. Grave es el que se ha producido entre Ucrania y Rusia, que ha llegado a una no declarada invasión rusa del territorio de soberanía ucraniana. El derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines el 17 de julio de 2014, en el que murieron 298 víctimas ajenas al conflicto, ha motivado sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia y la respuesta rusa  con represalias comerciales. Quienesquiera  que hayan sido los autores del disparo, hay pocas dudas de que se trata de un misil tierra-aire SA-11 o BUK de los arsenales de Rusia, los únicos misiles en la zona capaces de alcanzar un avión a tal altura y en un espacio aéreo controlado por la insurgencia prorrusa del Este de Ucrania. Otro conflicto importante se produce en Irak, por los avances de los partidarios del Estado Islámico con ejecuciones de la población civil por motivos religiosos y étnicos y asesinatos que se divulgan en Internet para aumentar el terror. A la desestabilización en Irak y sus alrededores se añade el conflicto en la Franja de Gaza, que ha conducido a una nueva tregua. Una guerra desproporcionada por sus recursos y víctimas, y de difícil justificación (aunque ninguna guerra es justificable) en ambos bandos. La crisis en Libia y la destrucción del Estado añade incertidumbre a las salidas de la Primavera Árabe. En otro plano, aunque también de graves consecuencias internacionales, la rápida propagación del virus del ébola en África Occidental ha producido una crisis humanitaria de proporciones gigantescas y compromete el incipiente desarrollo del continente. Por los riesgos y la letalidad del virus, el 8 de agosto de 2014 la Organización Mundial de la Salud decretó el estado de emergencia sanitaria internacional que, entre otras recomendaciones, restringe la movilidad de personas que podrían estar infectadas.

En medio de este oscuro panorama mundial, Latinoamérica y sus economías siguen su senda de crecimiento. Este número lo dedicamos a los desafíos y las oportunidades que se presentan en un momento en que las más importantes economías latinoamericanas están alcanzando una clasificación de países de ingreso medio. Encabeza la sección el artículo de Arturo M. Fernández, rector del ITAM, la institución universitaria que edita esta revista. El texto del Dr. Fernández es el número 1000 de los artículos publicados. El autor parte del dato que sitúa a México como país de ingreso medio, y considerando la demografía y los recursos, analiza sus posibilidades. Destaca la todavía gran desigualdad entre las zonas rurales y urbanas y ve en la reforma energética el gran detonador del crecimiento económico y del desarrollo del país, apoyada en la diversificación que supone ya la producción manufacturera y que es una distinción importante de otras economías latinoamericanas dependientes de las materias primas. También relaciona el potencial de crecimiento con la necesidad de acuerdos de libre comercio, la legalización de las drogas y la mejora de la educación.

Un contrapunto de menos optimismo para el conjunto de Latinoamérica es el de Alejandro Werner y Sebastián Sosa, que abordan la desaceleración que se ha producido desde 2011 debido a que el buen desempeño anterior iba asociado al ciclo de las materias primas y del auge de los precios. Sin embargo, en un análisis más minucioso y desglosado por países nos muestran sus diferencias así como sus potencialidades reales. Las diferencias entre Brasil y México son importantes en la medida en que apuntan a su posible desempeño. Jorge Familiar parte de la condición necesaria de las políticas macroeconómicas en Latinoamérica y plantea que la mejora de la productividad es una solución para una sostenibilidad a largo plazo, y explica que para ello hay que hacer frente a los problemas de logística e infraestructura, así como conciliar los éxitos macroeconómicos con la inclusión social. Alicia Bárcena nos presenta un panorama en el que los motores de crecimiento de la demanda externa están agotados y es preciso encontrar otros nuevos, y hace un examen comparativo del crecimiento en distintos países de Latinoamérica y de la necesidad de pactos para la igualdad. Lorena Cruz introduce la perspectiva de género y el freno que supone para el crecimiento la limitación del potencial de las mujeres. En México, el crecimiento del empleo femenino es de los más bajos, a pesar de sus avances, y sufre por la falta de oportunidades educativas y por la dedicación de las mujeres a tareas de trabajo doméstico y de cuidados sin remuneración ni reconocimiento. El último artículo del bloque trata del problema del impago de la deuda en Argentina. Juan H. Flores, a partir de un repaso histórico de la situación de la deuda soberana en el mundo, explica el embrollo jurídico en el que se encuentra Argentina entre la cláusula de igualdad de condiciones (pari passu) a todos sus prestamistas y la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offer), que significaría pagar a todos los inversionistas en las mismas condiciones que exige el grupo minoritario cuyos bonos tienen los llamados «fondos buitres» y que no aceptó la quita ni las condiciones de pago que pactó la mayoría.

En el Diálogo Ñ se contrastan dos visiones del futuro de Cuba. Rafael Rojas se refiere al reto de la renovación generacional cuando se aproxima el segundo y último mandato de Raúl Castro sin democracia y con las posibles tensiones sociales de la introducción del capitalismo de Estado y una progresiva economía de mercado, lo que puede derivar, debido a falta de legitimidad histórica, tanto en una alternativa autoritaria como en una transición democrática. En la misma perspectiva de transición, Katarzyna Dembicz analiza las dificultades de Cuba para insertarse en el mercado mundial, aunque considera que la incorporación al mundo globalizado no tiene marcha atrás.

En la sección Mundo, un conjunto de artículos tratan sobre las relaciones de los países latinoamericanos con el resto del orbe. La Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, concedió una entrevista a Foreign Affairs Latinoamérica después de la reunión de los ministros y secretarios de educación y cultura iberoamericanos que tuvo lugar en México el 28 y 29 de agosto de 2014 para preparar la Cumbre en Veracruz el próximo diciembre, donde se presentará un importante proyecto de movilidad universitaria iberoamericana. Roberta Lajous, desde su visión de embajadora en España, certifica el buen momento de las relaciones entre España y México a raíz de la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Madrid. Las relaciones económicas entre Latinoamérica y los países de Europa Central y del Este merecen el análisis de Anna Ayuso y Bettina Trueb, las cuales evidencian el aumento de las relaciones políticas y económicas entre estas regiones.

En el ámbito de la diplomacia, en el artículo de la Presidenta del Senado de la República de Chile, Isabel Allende Bussi, se destaca el papel de la diplomacia parlamentaria en un mundo globalizado. Y en un plano más teórico, la entrevista a Simon Anholt, conocido por su Índice Marca País, nos remite a la imagen de México en el mundo y el papel de la diplomacia pública para mejorarla. Los artículos que tratan de la situación en el resto del mundo analizan las consecuencias de la crisis en Ucrania. Robert Legvold expone claramente por qué ahora Rusia y Occidente son adversarios y propone que los líderes se inspiren en las soluciones de la Guerra Fría para evitar la confrontación. Alexander Lukin realiza una radiografía del Kremlin que explica su política exterior y el envite ruso que debería ser evitado con una mayor comprensión por parte de Occidente. En el escenario del Medio Oriente, Pollack y Takeyh propugnan una mayor participación de Estados Unidos, ya que la retirada de la región no ha mejorado las cosas, y predicen con gran acierto la situación más reciente. También afirman que Estados Unidos debe hacer más por Asia pero no a costa del Medio Oriente. Campbell y Ratner coinciden en la necesidad de que Estados Unidos se concentre en Asia-Pacífico y justifican la política del «giro» y el «reequilibrio» en la región, ya que sus socios tradicionales lo esperan y los intereses económicos de Estados Unidos lo exigen.

Nada es ajeno en el nuevo orden mundial al concepto de capital digital que introducen Brynjolfsson, McAfee y Spence y al recurso más escaso que son las ideas y las innovaciones, por lo que es necesario replantear la estructura de la economía moderna y el papel de trabajo. Steil piensa que lo anterior dependerá de los cambios en la política monetaria de Estados Unidos, a la que atribuye la crisis de Ucrania y el enojo de los gobiernos de las economías emergentes. Es inalcanzable una ruta hacia una reforma monetaria basada en la cooperación. La afirmación de Steil en el sentido de que la creación de un banco de los BRICS era una promesa a futuro ha sido superada por los hechos. En julio de 2014 se fundó el nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, con un fondo de estabilización.

En este número, y por el contraste de los artículos que nos ilustran acerca de las tensiones regionales en un mundo convulso y los artículos sobre la economía y la política latinoamericana, podemos decir que nos encontramos en el momento de Latinoamérica, y para que se sostenga, debe ser aprovechado por los países de la región para introducir reformas políticas, inversiones públicas y políticas de inclusión social.

Jordi Bacaria Colom