Carta del Director

Ya se ha cumplido el segundo aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre, y el Pentágono está perdiendo la paz en Irak. Esto explica el viraje en la posición de Washington hacia el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): después de haber atropellado al Consejo en marzo de 2003 para invadir Irak, ahora resulta que necesita su apoyo para la reconstrucción del territorio que fue cuna de Mesopotamia.

Una peso completo en política exterior del Partido Demócrata, Madeleine Albright, se animó finalmente a romper con el silencio que se había guardado en círculos políticos estadounidenses en cuanto a una guerra innecesaria, por decir lo menos. Si bien Albright considera que acabar con Saddam Hussein es un bien justificado, su crítica se enmarca en el fundamentalismo de George W. Bush: «estás de mi lado o estás contra mí». Esto le ha valido a Estados Unidos, explica la autora, un distanciamiento de sus aliados naturales y otros potenciales.

Foreign Affairs en Español (FAE) continúa aportando perspectivas originales al debate sobre la reconstrucción del sistema de seguridad internacional, después de los ataques terroristas, desde las distintas regiones y con toda la gama de posiciones del espectro ideológico. En la primera sección de este número, FAE presenta un texto del canciller francés Dominique de Villepin, quien insiste, contra los que predican el derrumbe de las fronteras como consecuencia de la globalización, que éstas, más que barreras, son signos de identidad que ayudan a convivir en la diversidad contemporánea. Sashi Tharoor toca un tema que difícilmente podría ser más pertinente, dado el cambio de posición de Washington ante la ONU: «Por qué Estados Unidos aún necesita a la ONU».

En exclusiva para nuestra edición, dedicamos una sección completa al análisis de la seguridad y defensa en nuestro continente. El objetivo es adelantarnos al debate que, en forma renuente, iniciaron los distintos países americanos ante la cumbre convocada por la Organización de Estados Americanos para octubre, y que se llevará a cabo en México. Pedro Villagra Delgado abre la sección con una visión general de lo que debe constituir el nuevo esquema de seguridad continental. Francisco Rojas Aravena analiza el tema toral de la cumbre: cómo construir los consensos necesarios en un esquema regional-multilateral como el de nuestro continente americano. Otros más participan en este debate: Raúl Benítez Manaut plantea la necesidad de una reforma en la política de seguridad en México en un artículo con el sugestivo título de «Seguridad y defensa en México. ¿De la Revolución a la globalización?», y Rut Diamint vuelve a nuestras páginas con un tema que sigue siendo el talón de Aquiles de la seguridad en el Cono Sur: las relaciones cívico-militares.

Adelantándonos al siguiente número de FAE, que tendrá una sección especial sobre los primeros 10 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los negociadores del mismo y del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la Unión Europea, Herminio Blanco y Jaime Zabludovsky, explican las cuellos de botella que tendrá que pasar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para ser una realidad en 2005. Por último, en la sección de reseñas, cabe destacar la de Niall Ferguson, historiador británico, quien, con el pretexto de presentar las virtudes y los defectos de un libro que compara al Reino Unido con Estados Unidos, explora los conceptos de hegemonía e imperio. Del análisis de Ferguson sobre cuál de esos conceptos describe mejor al Estados Unidos actual surge la necesidad, quizá, de tener un término nuevo, ya que ni hegemonía ni imperio representan satisfactoriamente la conducta estadounidense y su reciente transformación.

Por último, nos complace informar a nuestros lectores de habla hispana en Estados Unidos que acabamos de recibir un importante pedido para distribuir nuestra revista en las principales cadenas de librerías en Estados Unidos, Barnes & Noble y Borders. Con ello, cumpliremos un reto más de los que nos trazamos inicialmente: aportar ideas e información a un segmento de la población de Estados Unidos que es espejo del futuro, tanto en la configuración de ese país como en las relaciones Washington – América Latina.

Rafael Fernández De Castro