La diplomacia en tiempos de coronavirus

8 mayo, 2020 • Artículos, Asia/Pacífico, Portada • Vistas: 10089

Soha

Rodrigo Ehlers Figueroa

Mayo 2020

En 2002 y 2003 se presentaron los primeros casos del síndrome agudo respiratorio severo (SARS) en la provincia china de Gaungdong y, hasta diciembre de 2019, este había sido el brote con mayor número de pacientes afectados, el cual causó más de 700 muertes tan solo en el país asiático. En Wuhan, entre el 12 y el 19 de diciembre de 2019, se registraron cientos de casos de una neumonía con síntomas similares al SARS, pero las autoridades chinas no sabían qué enfermedad combatían. Pocos imaginaron que 2020 iniciaría con el sigilo de una nueva enfermedad que, en cualquier momento, podría salirse de control. Después de un mes, las autoridades chinas lograron identificar el nuevo virus: se trata del SARS-CoV2 y provoca una enfermedad llamada COVID-19. Este es un virus como cualquier otro, diminuto e imperceptible al ojo humano, pero se extendió por el mundo con tal rapidez que fue declarada una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consiguió paralizar a más de la mitad de la humanidad debido a las medidas de contención puestas en marcha en muchos países.

Ahora bien, es de suma importancia reflexionar sobre cómo la diplomacia, en especial la política diplomática de China y su cuerpo diplomático, han ocupado un papel central en la emergencia, para brindar respuestas y planificar acciones rápidas frente a la crisis. El trabajo sobre el uso y acceso a información que han realizado los ministerios de la República Popular China en conjunto con la OMS y, además, que el gobierno tendiera puentes multilaterales para abordar esta crisis, han generado un importante precedente y este, sin duda, es aún más destacable porque hablamos de una gran potencia mundial que siempre ha sostenido una percepción precautoria en cuanto a la vigilancia externa y la cooperación. Por ello, la colaboración ha fijado una nueva experiencia multilateral de los chinos con el mundo.

China: epicentro del contagio

La discusión que actualmente hay sobre si China actuó lo suficientemente rápido ante la emergencia o no, parece irrelevante ahora. El hecho es que el gobierno actuó como mejor lo sabe hacer: controlando. El control sobre la información fue imperioso y la comunicación del gobierno chino tuvo dos prioridades: primero, el control de daños sobre el brote, liderado por el primer ministro chino Li Keqiang y, segundo, el control de daños colaterales que sufriría su líder, el presidente Xi Jinping. Un  informe de Citizen Lab, titulado “Un contagio censurado”  confirma que el gobierno restringió el uso de algunas palabras clave relacionadas con el brote del coronavirus en redes sociales. Sin embargo, palabras como “neumonía desconocida en Wuhan”(武漢不明肺炎), “SARS desconocido” (不明沙市), “variación del SARS”(沙市變異), “laboratorio de investigación de Virus P4″(P4病毒實驗室), “mercados de alimentos frescos de Wuhan”(武漢海鮮市場) y “brote epidémico censurado en Wuhan”(武漢封禁疫) se difundieron en algunas conversaciones en redes sociales chinas. Asimismo, proliferaron rumores y declaraciones del personal médico. El caso del oftalmólogo Li Wenliang, que realizó videos alertando a la gente sobre lo que sucedía, fue uno de los más difundidos. Lamentablemente, Wenliang perdió la vida por COVID-19. Empero, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino y la OMS, procuraron comunicar a sus pares de todo el mundo lo que sucedía. En respuesta, Washington emitió alertas para viajeros que estaban en tránsito o que estuvieron en China desde diciembre de 2019 y los países de la Unión Europea restringieron con sigilo los vuelos y algunas mercancías provenientes de China. Ambas medidas lograron que la paranoia en el resto del mundo se elevara, pero no se desbordara. Sin embargo, la OMS advirtió que las acciones llevadas a cabo por China para aislar a los ciudadanos de Wuhan y, posteriormente, a los de otras provincias para frenar y evitar los contagios, no eran tomadas en serio por otros países. Hoy, esos países, tienen un registro de contagio masivo superior al de China. Finalmente, lo más rescatable de estos hechos es la diplomacia multilateral que China activó con sus homólogos en Occidente y, si bien es cierto que Beijing tiene relaciones con una amplia mayoría de países, a raíz de lo sucedido dejarían de verlo como la fábrica del mundo y, más bien, como una salvaguarda, como en algún momento lo fue Estados Unidos.

Hoy el gobierno chino enfrenta dos principales retos a nivel diplomático: el impacto interno para frenar la pandemia para lograr normalizar la economía y generar una percepción de rapidez y contundencia entre sus ciudadanos por el manejo de la crisis sanitaria.

Hoy el gobierno chino enfrenta dos principales retos a nivel diplomático. El primero es el impacto interno para frenar la pandemia para lograr normalizar la economía que lleva creciendo por más de 2 décadas consecutivas y generar confianza entre sus socios internacionales, y, el segundo, es generar una percepción de rapidez y contundencia entre sus ciudadanos por el manejo de la crisis sanitaria. Respecto a lo último, los diplomáticos chinos en el mundo han contratacado activamente cada voz que reprocha el actuar del Estado chino por el manejo de la pandemia. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha difundido esta cita: “China es el país que ha tomado medidas extraordinarias para contener el virus, tanto por el beneficio de su pueblo y como un regalo para el resto del mundo” y, efectivamente, las capacidades de China y su sistema político-económico le dieron al mundo un margen corto para que cada país formulara una estrategia. Resulta interesante que, mientras el presidente Donald Trump estigmatizaba al gobierno chino por el manejo de la crisis, China confiaba plenamente en sus confinamientos totales como medidas preventivas extraordinarias. Paradójicamente, hoy Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de la pandemia por no generar oportunamente una estrategia preventiva al contagio masivo del coronavirus.

La cooperación técnica como eje de la posible solución

En solo 2 meses, la crisis por COVID-19 ya tenía a la mitad del mundo en alerta y la diplomacia china continúo trabajando para sostener la cooperación con los países que lo solicitaban. China envió equipos de médicos y toneladas de ayuda a países afectados por la crisis sanitaria, como Italia, Irán y España. Además, la colaboración entre el gobierno chino y las grandes empresas chinas ha sido fundamental para poder enviar donaciones a  Francia, Bélgica, Estados Unidos, Afganistán, Bangladés, Camboya, Laos, Maldivas, Mongolia, Birmania (Myanmar), Nepal, Pakistán y Sri Lanka, y algunos países de América Latina y el Caribe, como México.

BRICS y el G-20

La crisis por COVID-19 y el desafío de contenerla, es un parteaguas para China. Hoy, en el escenario internacional, la figura con mayores adeptos positivos ante la crisis ha sido el Presidente y, después de que el primer ministro Li atendiera la emergencia, Xi resurgió en medios de comunicación internacionales al visitar Wuhan. A pesar de su imagen deteriorada al interior de China, el Presidente envió un mensaje de solidaridad con su pueblo y con el mundo, al que incluso le ofreció su ayuda. Por otra parte, la cooperación de China con los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) ha sido tan efectiva que, tan solo en la India, el primer ministro Narendra Modi decretó el confinamiento para 1300 millones de habitantes. Asimismo, hay que destacar que la cooperación entre vecinos ha sido una constante desde la declaración de pandemia por la OMS, por lo que, China y la India han mantenido desde entonces una frontera vigilada. Por su parte, Brasil y China también han estrechado sus lazos en materia de cooperación médica. Los presidentes, Jair Bolsonaro y Xi, realizaron una videollamada el 24 de marzo de 2020 y, a la fecha, han mantenido una cooperación activa para cuando el país sudamericano lo requiera. De la misma forma, Sudáfrica ha determinado un confinamiento con duración de  3 semanas a su población para no generar un colapso en su sistema de salud. Mientras tanto, China y Rusia anunciaron que sus agencias médicas están en busca de una vacuna contra el COVID-19, la cual estiman estaría en distribución a finales del primer semestre de 2020. Este es un claro ejemplo de cómo China se encuentra en una nueva fase de multilateralismo, fortaleciendo los lazos de cooperación científica y tecnológica en el mundo con actores internacionales clave en este contexto. Además, China está elaborando un posible acuerdo de contención con otras potencias para aminorar el impacto de la desaceleración de la economía en el mundo.

También, el G-20 se movilizó para responder ante la emergencia sanitaria y económica mundial. Desde su creación, hace más de una década, este grupo al que pertenecen las economías más importantes del mundo, sumando a organismos internacionales, no había convocado a una reunión virtual para abordar una crisis mundial. En dicho encuentro, el papel que desempeñó China al generar el primer escenario de respuesta al problema fue trascendental al inicio de la reunión. La declaración que acogieron los miembros por separado abundó en las medidas preparatorias que se llevarían a cabo para la cooperación médica y la inyección económica que se le daría al mercado global de más de 5000 millones de dólares para el impacto social y financiero de la crisis sanitaria.

La cooperación será la ganadora después de que el mundo salga de este confinamiento.

En suma, la cooperación será la ganadora después de que el mundo salga de este confinamiento que nos está mostrando nuevas dinámicas de comportamiento y nuevos retos que deberemos de asumir como parte de un sistema global. Por ejemplo, las medidas de restricción del espacio aéreo en algunos países han traído una serie de problemas para las representaciones diplomáticas de todos los países que han visto a sus connacionales varados por los vuelos que han sido cancelados y, ahora, la diplomacia intenta hacerle frente a este gran reto, mientras se encarga de resguardar, alimentar y repatriar a sus ciudadanos en todo el mundo. Sin duda, este esfuerzo es mayúsculo para el cuerpo diplomático en consulados, embajadas y ministerios del exterior.

No podremos detener a un país entero por un virus, pero lo cierto es que las prácticas con mayor aceptación y con mayores impactos positivos han sido confinar a sus ciudadanos para bajar el índice de contagios, así como centralizar la información para que la población consiga informarse desde una misma fuente. Si bien esta crisis nos enseñará muchas cosas, la más importante es que gracias a la globalización se permitió documentar en tiempo real lo que sucedía en todo el mundo, y será prioridad combatir la censura y la información falsa. Asimismo, la responsabilidad de cada gobierno con su población no la exime de ser veraces y la gobernabilidad se convierte en prioridad para unos, mientras que para otros lo es la salud de las personas o la economía. Al final, reitero, la cooperación será la gran ganadora en materia internacional. Sin duda, ha sido y será siempre, el instrumento que cada país tiene para avanzar juntos, y no unilateralmente, demostrando que los lazos entre las naciones nos hacen más humanos.

RODRIGO EHLERS FIGUEROA es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se ha desempeñado en diversas misiones diplomáticas en Brasil, España, México y Sudáfrica. Sígalo en Twitter en @roccoehlers.

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One Response to La diplomacia en tiempos de coronavirus

  1. HERIBERTO ALEGRE ORTIZ dice:

    Lei en Marzo del 2021.Me ayudo mucho para entender la situacion actual de la diplomacia y el Cononavirus.Atentos saludos.

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