Un modelo de cooperación regional en beneficio de las personas
Unocero
Martín Borrego Llorente
Noviembre 2021
Una colaboración de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México
México ocupa una posición privilegiada en nuestra América dado su tamaño, reputación y capacidad de diálogo con todos los países del hemisferio. Sin embargo, lo anterior no es un fin en sí mismo y solo es útil en la medida que se pueda usar dicho peso para promover la integración y la cooperación como un medio para incidir activamente en beneficio de las personas.
Desde la política exterior, el trabajo es constante en ese sentido y, sin demérito a la labor cotidiana que se realiza como institución, hay eventos que revisten particular significancia por su impacto y trascendencia. Ejemplo de ello fue la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada el 18 de septiembre de 2021. Este encuentro fue una expresión fehaciente de que la región está lista para priorizar el diálogo y, sobretodo, la cooperación.
Como señaló el canciller Marcelo Ebrard Casaubon tras la referida Cumbre: “Ya por el hecho de congregarnos (…) hoy (…) es un éxito mayor. Hay diferencias, que nadie se asuste (…) el problema es que las diferencias nos impidan incluso reunirnos (…) a pesar de que son serias e importantes, se logró la reunión y se adoptaron varias decisiones sustantivas”. Esta voluntad de cooperar, sobrepuesta a otras consideraciones, incluso por países ideológicamente antagónicos, se vio expresada principalmente en los entregables de la Cumbre, entre los cuales destaca la firma del Convenio Constitutivo de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), firmada por dieciocho países de la región y apoyada por varios otros. De ahí la importancia de abundar sobre los méritos de la ALCE, los beneficios tangibles para las poblaciones de la región y los beneficios de escala para las capacidades espaciales de los países. De igual forma, es importante señalar otros espacios de cooperación que se consideran podrían tener buenos resultados para la región, siguiendo el camino de consenso y cooperación demostrado mediante la ALCE.
Beneficios para las poblaciones
Tanto pequeños países insulares en desarrollo ⸺que no cuentan con capacidad satelital instalada⸺ como economías del G-20 con satélites propios están convencidos de que la ALCE es un proyecto que vale la pena. Sin embargo, las razones de esto no son inmediatamente evidentes para quienes no son especialistas o conocedores del tema. Lo espacial puede ser hasta cierto punto ajeno para gran parte de nuestras poblaciones, aunque su existencia y aplicación incide directamente en nuestro modo de vida.
El objetivo principal de la ALCE es coordinar capacidades satelitales y espaciales de la región para el bien de las personas. En ese sentido, los países de la región que se reunieron para la firma del Convenio Constitutivo de la ALCE reconocen que las personas se verán beneficiadas directamente por las capacidades espaciales, sobre todo la tecnología satelital.
La ALCE es parte esencial de los esfuerzos para enfatizar las oportunidades que representan la cooperación y el intercambio de conocimientos científicos y tecnológicos en las relaciones regionales.
Según expertos de la Agencia Espacial Mexicana, la ALCE aportará al mejoramiento y a la eficiencia de los sistemas de comunicación satelital, tecnología que repercute en el día a día de gran parte de la población a través de celulares, televisores e internet. El mejoramiento de las capacidades de telecomunicaciones satelitales regionales tiene el potencial de impactar en la calidad de los servicios de conectividad e internet, tanto para voz, datos y televisión. También se espera que habrá un impacto en la calidad de servicios profesionales, personales o de entretenimiento, al igual que en materia de telemedicina y sistemas de navegación, entre otras aplicaciones. En ese sentido, permitirá acelerar la transformación digital, incrementando los servicios públicos y la inclusión social, lo que resulta particularmente relevante en sociedad en constante transformación y con una creciente digitalización.
La ALCE también potenciará la capacidad regional de los sistemas de alerta temprana y la creación de mapas de fortalezas, oportunidades, amenazas, riesgos y vulnerabilidades. Asimismo, se potenciará la capacidad de los sistemas de observación de nuestro planeta para planeación y previsión en temas de agricultura, desastres naturales (sequías, inundaciones, incendios, huracanes), seguridad y vigilancia, oceanografía, meteorología, medio ambiente, cartografía, exploración de recursos naturales e inteligencia urbana. Estos beneficios, alcanzarán a las poblaciones de todos los países de la región, pero, sin duda, se multiplican en países pequeños y menos desarrollados, incluyendo los Estados insulares del Caribe, ya que en general carecen de capacidades instaladas en materia satelital o del espacio.
Beneficios de escala para capacidades espaciales nacionales
Cabe destacar que la coordinación de las tecnologías satelitales y espaciales ya instaladas redituará exponencialmente la capacidades nacionales en la materia. Los expertos señalan que, en temas satelitales y espaciales, el resultado de la coordinación de capacidades tecnológicas muestra efectos multiplicadores más que sumatorios. En este sentido, los satélites de los países miembros, cuando comiencen a coordinar sus actividades, podrán rendir los resultados tangibles mucho mayores a que si trabajaran de manera independiente.
Un referente concreto es el que nos ofrece la Agencia Espacial Europea (AEE), que representa la suma de la capacidad tecnológica-espacial de varios países y que alcanza capacidades conjuntas superiores a las de cualquiera de sus miembros de manera individual. La cooperación espacial ha sido fundamental incluso entre países antagónicos, como lo fue en el caso de la puesta en órbita de la Estación Espacial Internacional, resultado de la coordinación entre la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), la Agencia Espacial Federal de Rusia (Roscosmos) además de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), la Agencia Espacial Canadiense y la citada AEE.
La ALCE también podrá fungir como entidad coordinadora de los esfuerzos de cooperación en materia espacial, tanto nacionales como regionales, con agencias espaciales extra regionales como la NASA, la Administración Espacial Nacional de China, la JAXA, Roscosmos y la AEE. Pese a que esto no se podrá cristalizar hasta que la ALCE empiece sus funciones, algunas de estas agencias ya han expresado su interés para colaborar y cooperar en distintos proyectos.
Otros espacios de cooperación regional
La ALCE es parte esencial de los esfuerzos para enfatizar las oportunidades que representan la cooperación y el intercambio de conocimientos científicos y tecnológicos en las relaciones regionales, con el fin de promover el desarrollo de los países y el bienestar de los latinoamericanos y caribeños. México, gracias a su neutralidad histórica y el actual máxima de su política exterior de “mirar al Sur”, se ha logrado posicionar como un interlocutor en favor del bienestar regional. Ejemplos adicionales incluyen el Fondo de Respuesta Integral a Desastres para enfrentar el ya referido impacto del cambio climático.
La Secretaría de Relaciones Exteriores ha establecido una alianza estratégica con Huawei para la implementación del programa de becas 1000 Talentos para el Desarrollo Digital de Latinoamérica y el Caribe. Asimismo, nuestro país se ha posicionado como interlocutor para facilitar el diálogo entre el gobierno y la oposición de Venezuela, mismo que se lleva a cabo en nuestro territorio como espacio seguro y de diálogo entre las dos fuerzas políticas distintas.
Desde el arranque del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, México impulsó, con el apoyo y la orientación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y de la Organización de las Naciones Unidas, el plan de cooperación cuatripartito con los países hermanos de El Salvador, Guatemala y Honduras para crear el Plan Integral de Desarrollo que busca potenciar, mediante proyectos insignia como Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vidas y otros más, el desarrollo conjunto de los cuatro países, brindando oportunidades de empleo especialmente a las poblaciones más jóvenes y evitar así su migración forzada. Y más recientemente, México ha propiciado el diálogo entre expertos nacionales de países productores de la región en materia de un recurso estratégico de alto valor, como lo es el litio.
México está en una posición histórica para impulsar a los países de América Latina y el Caribe a priorizar los espacios de cooperación, mediante iniciativas que beneficien de manera concreta a sus sociedades. La ALCE es un ejemplo de esto que servirá como referente para las demás iniciativas que se impulsen en los siguientes años, siempre poniendo a las personas al centro.
MARTÍN BORREGO LLORENTE es Director General para América del Sur en la Subsecretaría para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México. También ha fungido como encargado de la Dirección General para Centroamérica y el Caribe. Es licenciado en Relaciones Internacionales y Administración por el ITAM y miembro de carrera del Servicio Exterior Mexicano. Sígalo en Twitter en @mborregol.
Tags:ALCE, CELAC, Cooperación regional, Espacio
México ya ha desarrollado cohetes para mediciones meteorológicas, experiencias que nos permitirían un ahorro de tiempo, pues tengo entendido que funcionaron muy bien y sólo sería cuestión de recalcular para adaptarlos a los actuales requerimientos.