Inclusión financiera y pandemia

16 diciembre, 2020 • Artículos, Asuntos globales, FEG Anáhuac, Portada • Vistas: 2885

Woman Time

Almendra Ortiz de Zárate Béjar 

Diciembre 2020

Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

La inclusión financiera global ha sido uno de los principales retos de los organismos financieros internacionales y de los gobiernos nacionales en las últimas décadas. Después de haber identificado que más de la mitad de la población en el mundo carecía de una cuenta bancaria, se creó la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI) para tratar de integrar a todos los individuos a los servicios financieros formales en 2020. No obstante, la pandemia ha generado nuevos obstáculos que generan un mayor desafío para su consecución.

Numerosos estudios sugieren que la inclusión financiera genera efectos positivos entre las poblaciones, que incluyen el crecimiento económico, la reducción del ahorro, el aumento en el consumo y en las inversiones. Adicionalmente, el uso de servicios financieros formales permite reducir el lavado de dinero y, por ende, el crimen organizado. Por estos motivos, hay un interés profundo en conseguir la inclusión financiera global por parte de los gobiernos. Esto traería importantes cambios en la dinámica económica actual, que podrían incluir la eliminación del efectivo o el tránsito hacia las criptomonedas.

Causas de la baja inclusión financiara

En términos globales, la baja inclusión financiera se debió, en un inicio, a la falta de canales de acceso para las poblaciones. Se identificó que en los países con menor desarrollo la infraestructura era insuficiente para atender a los individuos, principalmente en las comunidades rurales.

En menos de una década y con el apoyo de las tecnologías de la información, fue posible trasladar los servicios bancarios a los corresponsales y a la banca por internet. Así, pudo asegurarse un acceso mucho más amplio a las poblaciones. No obstante, se detectó una nueva problemática: bajo uso de los servicios financieros entre las personas que ya tenían acceso.

Numerosos estudios sugieren que la inclusión financiera genera efectos positivos entre las poblaciones, que incluyen el crecimiento económico, la reducción del ahorro, el aumento en el consumo y en las inversiones.

Los motivos que alejan a los individuos de los servicios financieros formales pueden ser muy diversos en las diferentes geografías. Un factor común es la pobreza, acompañado del bajo ingreso y el elevado costo de los servicios. Adicionalmente, se distingue que los bajos niveles educativos y la baja educación financiera desmotivan el uso de los servicios bancarios.

Otros elementos que se han considerado se relacionan con el proceso de toma de decisiones financieras y los componentes que le acompañan, como los hábitos, la confianza, el valor subjetivo, las preferencias intertemporales, los sesgos cognitivos y la influencia interpersonal. Estos aspectos han sido menos explorados, aunque se han publicado diferentes estudios que miden dichas variables en diversos contextos.

Por otro lado, se han identificado individuos que mantienen una exclusión financiera voluntaria que evitan que los gobiernos puedan detectar sus movimientos al considerarlos como un medio de control. Diversos grupos detractores de la inclusión financiera reclaman a los organismos internacionales un esquema financiero descentralizado que elimine al Estado como ente regulador de las transacciones monetarias. En este sentido, han surgido propuestas de criptomonedas que circulan de manera paralela al resto de las divisas que permiten realizar movimientos sin que puedan ser fiscalizados por los gobiernos.

El reto de la inclusión financiera y el covid-19

Avanzar hacia una inclusión financiera global ha sido un reto para la AFI, que agrupa a más de sesenta bancos centrales que buscan desarrollar políticas públicas para avanzar hacia una mayor inclusión. A pesar de los esfuerzos anteriores, aún se distingue que 55% de la población de Latinoamérica está bancarizada, frente al 80% de la población en China y 95.3% en la zona euro. Aún queda un largo camino por recorrer.

La pandemia ocasionada por el Covid-19 ha generado nuevos desafíos en la inclusión financiera, sobre todo porque las pérdidas económicas y el desempleo que de esta deriva inciden en el uso sostenible de los servicios bancarios. Principalmente, quienes tienen menos recursos monetarios privilegian otros servicios sobre los bancarios y, paulatinamente, dejan de usarlos. Mayor pobreza implica menor inclusión.

La pandemia ha ocasionado que los grupos más vulnerables que no se habían podido bancarizar se mantengan excluidos.

Directamente, la pandemia ha ocasionado que los grupos más vulnerables que no se habían podido bancarizar se mantengan excluidos. Entre ellos se encuentran mujeres, migrantes, refugiados, menores de edad y comerciantes informales, principalmente. Frente a esta situación, deberán diseñarse medidas que ayuden a mitigar las afectaciones sobre estas personas.

En el caso mexicano, un banco de capital privado, en colaboración con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, consiguieron incluir a los solicitantes de asilo y a los refugiados a los servicios bancarios desde principios de 2020. Este tipo de medidas deberán replicarse en otros contextos para continuar con la inclusión financiera, no solo en México, sino también en el resto del mundo.

A pesar de esto, la pandemia también ha impactado positivamente en otros entornos. Quienes ya se encontraban bancarizados multiplicaron el número de transacciones realizadas y aprovecharon el uso de los servicios ofrecidos por la banca digital para evitar salir de casa. En términos generales, las poblaciones se acercaron a los medios electrónicos para realizar compras y otras acciones de las que se desprende el uso de servicios bancarios. El crecimiento del comercio electrónico ha tenido un impacto positivo en el uso de servicios financieros para la población bancarizada.

Después de casi un año de confinamiento, puede asegurarse que las personas han adoptado nuevos hábitos de consumo que seguramente continuarán. Esto pudiera funcionar como un catalizador para promover nuevos servicios digitales. Asimismo, se han introducido tarjetas con la tecnología de comunicación de campo cercano, que permiten el pago en las terminales bancarias sin contacto. Se trata de un medio de pago que ofrece un sistema más seguro que los anteriores, en términos de salud.

Reflexiones finales

La pandemia ha impactado en todos los ámbitos humanos, incluido el sector financiero. El confinamiento ayudó a visibilizar un fenómeno que se ha mantenido en el radar de la comunidad internacional desde hace más de 2 décadas y que aún requiere de grandes esfuerzos y compromisos por parte de los gobiernos nacionales.

La exclusión financiera, voluntaria o no, retarda las transacciones monetarias, eleva los costos de transacción, entorpece la recaudación fiscal y favorece al empleo informal, entre otros aspectos no menos importantes. La inclusión financiera global permitirá estandarizar las condiciones bancarias de todas las personas, lo que puede impactar en la construcción de un mundo menos desigual.

ALMENDRA ORTIZ DE ZÁRATE BÉJAR es licenciada en Relaciones Internacionales, maestra en Administración Pública y doctoranda en Gestión Estratégica y Políticas de Desarrollo por la Universidad Anáhuac. Es coordinadora de la licenciatura en Relaciones Internacionales en la misma universidad e investigadora del Centro Anáhuac de Investigación en Relaciones Internacionales. Sus principales líneas de investigación incluyen estudios sobre teoría de Relaciones Internacionales y migración. Sígala en Twitter en @alortizb.

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