The Resurgence of the Radical Right in France: From Boulangisme to the Front National

1 octubre, 2012 • Reseñas • Vistas: 5718

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The Resurgence of the Radical Right in France: From Boulangisme to the Front National, Gabriel Goodliffe, Estados Unidos, Cambridge University Press, 2012, 361 pp., US$86.57.

La impactante llegada de Jean-Marie Le Pen como candidato del Frente Nacional -que se ha erigido como el movimiento de derecha radical más influyente y duradero en Francia desde el establecimiento de la democracia en el país en 1870- a la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas de 2002 marcó el resurgimiento de la derecha radical con su papel tradicional en la política francesa. En The Resurgence of the Radical Right in France: From Boulangisme to the Front National, Gabriel Goodliffe realiza una minuciosa revisión histórico-sociológica de las transformaciones económicas, políticas, culturales y sociales que explican el recrudecimiento del populismo reactivo de los grandes perdedores de la modernización, los petits indépendants, los petits patrons y los obreros industriales, quienes conforman la base de apoyo de la derecha radical.

La derecha radical en Francia se basa en un nacionalismo cerrado que apela al «auténtico hombre francés» dentro de una sociedad ordenada, jerarquizada y autoritaria que busca la reimposición de la homogeneidad social, cultural y racial frente a la decadencia de la modernidad que ha destruido los valores e instituciones tradicionales. A partir de ello, se construye una lógica de repudio al capitalismo financiero moderno, al socialismo, al comunismo, al parlamentarismo y a lo extranjero en general.

El autor diferencia el proceso de modernización francés que inició en el siglo XIX del de otros países europeos, y lo sitúa como un caso intermedio entre la rápida adaptación de las clases medias británicas, que no engendraron resistencia a la modernización, y los de Alemania e Italia, donde las clases más conservadoras dieron origen a movimientos fascistas en la década de 1930. La diferencia radica en que el Estado francés posibilitó a estas clases resistir la modernización al proveerlas de una serie de privilegios especiales, acompañados de medidas proteccionistas y asistenciales que las resguardaron de la competencia efectiva que sufrieron sus homólogas en el resto de Europa.

Los petits indépendants y los petits patrons pasaron de ser los aliados tradicionales del Estado republicano a sus principales detractores, porque sintieron que éste había traicionado el ideal de la democracia de los pequeños productores de la Belle Époque y lo identificaron como el culpable de su progresiva marginación política y declive socioeconómico. Fue así como la derecha radical pudo encauzar las frustraciones y ansiedades de los petits indépendants, los petits patrons y los trabajadores industriales -a partir de 1980, como resultado del impacto catastrófico de las Uniones Comerciales y el desempeño del Partido Comunista- que no estaban adecuados ni técnica ni culturalmente para sobrepasar las transformaciones económicas y sociales del proceso de modernización del país; así también, logró restaurar el sentido de pertenencia colectiva dentro de estas clases que habían sufrido una crisis de identidad.

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