Andrew Moravcsik
Sir John Seeley, el historiador del siglo XIX, declaró que los británicos «conquistaron y poblaron la mitad del mundo en un ataque de distracción». Seeley tenía razón al decir que el Imperio británico no surgió de manera planeada ni coherente. No obstante fue, como lo sugiere el título de este libro, un «proyecto», que surgió de las determinaciones deliberadas y egoístas de los encargados de tomar las decisiones en Gran Bretaña. También requirió, en un grado sorprendente, la cooperación de las élites y de las masas de los territorios que lo componían; sin ésta, el poderío y la riqueza británicos por sí solos, sin duda, habrían sido insuficientes. John Darwin, de la Universidad de Oxford, ofrece una síntesis moderna y brillante de la historia del proyecto. El tema conductor es el ascenso y la caída del poderío y la riqueza del Reino Unido, provenientes de fuerzas geopolíticas sobre las que los británicos tenían muy poco control. El autor describe especialmente bien la ineluctable pero lenta decadencia del Imperio, al argumentar que sólo en medio de la Segunda Guerra Mundial quedó claro que la concepción decimonónica del Imperio había terminado. Sin embargo, al contar la historia de la inevitable trayectoria de una gran potencia, Darwin no olvida el aspecto humanista y menos predecible de la historia: la inteligente diplomacia del Reino Unido, la notable solidaridad étnica de los descendientes de los colonizadores, el papel del romanticismo imperial tanto entre los conquistadores como entre los conquistados y las extraordinarias personalidades individuales que entraron en juego tras bambalinas. Este largo aunque cautivador libro es hoy por hoy la mejor historia general del Imperio británico.