Segunda ronda electoral en Costa Rica: ¿resultado sorpresivo?

9 abril, 2018 • Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 12448

(EFE-El Nuevo Diario)

José Andrés Díaz González

Abril 2018

Hace casi 2 meses escribí en estas páginas sobre los resultados de la primera ronda de las elecciones de Costa Rica. Inicié mi comentario citando el dicho popular «en la política no hay sorpresas, solo sorprendidos». Curiosamente esta frase parece aplicarse perfectamente a los resultados de la segunda ronda electoral.

El domingo 1 de abril de 2018, Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana (PAC), fue electo presidente con más del 60% de los votos válidamente emitidos, venciendo así a Fabricio Alvarado del Partido Restauración Nacional (PRN). El resultado puede catalogarse como «sorprendente», debido a que Fabricio Alvarado había obtenido la mayor cantidad de votos en la primera ronda electoral. Históricamente, en Costa Rica, al igual que en muchos otros países, el candidato que obtiene el mayor apoyo electoral en la primera ronda gana con cierta holgura el balotaje. Al menos así era hasta ahora.

¿Derrota sorpresiva?

El lunes 5 de febrero de 2018, el día posterior a la primera ronda electoral, Fabricio Alvarado parecía ser el candidato favorito para convertirse en el próximo presidente de Costa Rica. Había tenido un meteórico crecimiento en su apoyo, pasando de tener casi un 4% de intención de voto en las encuestas electorales de noviembre del 2017 a ganar la primera ronda con cerca del 25% de los votos.

La victoria de Fabricio Alvarado en primera ronda parece explicarse por tres factores: 1) la oposición de un sector de la población al pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la necesidad de que el país avance en materia de derechos para la población LGBTTTI (lesbiana, gay, bisexual, transexual, travesti, transgenero, intersexual), incluyendo el matrimonio entre personas del mismo sexo; 2) el giro conservador que ha venido acentuándose en la población costarricense, el cual se visualiza en el aumento de iglesias neopentecostales y el apoyo que han recibido partidos confesionales-evangélicos en los últimos 20 años, y 3) el desencanto de los grupos menos favorecidos por la política, los cuales pareciera que se encuentran en la búsqueda de un cambio de rumbo que ayude a mejorar su situación, lo cual se observa en el fuerte apoyo que tuvo en las zonas de menor desarrollo del país. Sin embargo, es probable que estos factores, o una excesiva confianza en ellos, fueron lo que impidieron que obtuviera un crecimiento electoral mayor.

El Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional de Costa Rica publicó un estudio de opinión pública en el que se valora la percepción de la población sobre el proceso electoral, tras los resultados ocurridos en la primera ronda. El estudio arrojó dos hallazgos importantes que pueden ayudar a explicar el resultado de la segunda ronda. Primero, muestra que la mayoría de la población considera que no hubo suficiente discusión de ideas y propuestas por parte de los partidos políticos, posiblemente porque el tema de los derechos de la población LGBTTTI y el pronunciamiento de la CIDH prácticamente monopolizó el debate electoral. Segundo, a pesar de este monopolio temático, solo los votantes del PRN tienen como factor decisivo para elegir por quién votar la citada resolución de la CIDH; el resto de los votantes tendieron a tomar su decisión basada en los debates y las noticias sobre las propuestas de los candidatos.

Durante los 2 meses de campaña antes de la segunda ronda electoral, Fabricio Alvarado no logró presentar una campaña basada en ideas y propuestas distintas a su oposición a los derechos de la población LGBTTTI.

 

Durante los 2 meses de campaña antes de la segunda ronda electoral, Fabricio Alvarado no logró presentar una campaña basada en ideas y propuestas distintas a su oposición a los derechos de la población LGBTTTI, ni pudo desmarcarse de sus polémicas declaraciones sobre que en su eventual gobierno Costa Rica abandonaría la CIDH, por considerar que se trata de un organismo que atenta contra la soberanía del país. No ayudo a su campaña que el programa de gobierno del PRN fuera escueto, que presentara pocas propuestas y acciones concretas, y que incluso denominara a aquellas personas que se oponían o no compartían las ideas de la agrupación política como «fascistas» y «nazis».

Debido a lo anterior, el PRN recibió una importante cantidad de críticas. La respuesta que dio el partido fue que su programa de gobierno era «provisional» y prometió una versión 2.0, que presentó a 4 días de las elecciones. Esta nueva versión fue muy criticada, tanto por haber sido presentada con tan poca antelación a la segunda ronda como por copiar textualmente propuestas presentadas en los planes de gobierno de otros partidos, incluyendo del PAC.

Además, el PRN adoptó una posición casi de hermetismo hacia la prensa nacional. En primer lugar, prohibió a sus diputados y diputadas electos dar declaraciones a los medios de comunicación, hasta que no fueran «debidamente capacitados». Esto fue una reacción a las críticas que surgieron tras su elección, ya que salió a la luz pública que muchos de sus diputados y diputadas eran pastores, sin estudios o experiencia en cargos políticos. Incluso trascendió que el PRN no tenía los currículos de sus funcionarios electos.

En segundo lugar, Fabricio Alvarado indicó a la prensa que todas las preguntas que se le fueran a hacer debían ser enviadas por anticipación. Esta medida también fue ampliamente criticada, por lo que el candidato optó por abandonarla. En tercer lugar, Fabricio Alvarado canceló su participación en los debates organizados por las universidades públicas, así como otros conversatorios, espacios de discusión y entrevistas organizadas por distintos medios de comunicación. Así, solo participó en los debates que parecían tener mayor audiencia.

De esta manera, el propio PRN se cerró los espacios en donde exponer sus ideas y mostrar que su propuesta política podía trascender su oposición a los derechos de la población LGBTTTI. Esta estrategia fue contraproducente, ya que la mayoría del electorado costarricense deseaba una mayor discusión de ideas y, sobre todo, escuchar propuestas relacionadas con los problemas que afectan al país, como el déficit fiscal y la inseguridad ciudadana.

A lo anterior se le debe sumar las controversias en las que se vio envuelta su campaña, desde el hecho de que su asesora en temas educativos se disfrazara de persona invidente para tratar de colarse en una reunión con la Ministra de Educación hasta la relación de Fabricio Alvarado con su «padre espiritual» el «apóstol» Ronny Chávez. Este personaje fue criticado por haber expresado que tenía la capacidad de detener terremotos, además de escribir libros insultando las creencias católicas. De igual forma, fue acusado de utilizar la religión para enriquecerse.

Además, fue controversial la forma en que se manejaron los fondos de la campaña del PRN, ya que la prensa reveló que miembros y allegados a la cúpula del partido estaban recibiendo altos montos por conceptos de consultorías y alquileres de vehículos particulares. El propio Fabricio Alvarado aceptó que cobró a su partido 10 millones de colones (cerca de 17 000 dólares).

La controversia en relación con este tema aumentó cuando trascendió a la opinión pública que, junto a algunos de sus más cercanos colaboradores, Fabricio Alvarado había sostenido una reunión con un grupo de pastores evangélicos para solicitar la colaboración de sus iglesias con aportes de recursos para alimentación y transporte el día de las elecciones. La indignación sobre este punto reside no solo en que la legislación electoral costarricense prohíbe que los partidos utilicen estructuras paralelas para captar recursos y donaciones, sino también porque el PRN tenía asignado un financiamiento público de cerca de 5000 millones de colones (aproximadamente 8.6 millones de dólares) por los votos recibidos en la primera ronda, de los cuales únicamente había gastado unos 400 millones de colones (690 000 dólares) durante la primera parte de la campaña. Por lo tanto, no resulta extraño que finalmente Fabricio Alvarado no haya podido captar el apoyo electoral mayoritario, ya que adoptó una estrategia que más bien disminuyó sus posibilidades de obtenerlo, al mismo tiempo que se vio envuelto en escándalos y controversias que no pudo hacer frente de manera adecuada.

Pero sí hubo un resultado sorpresivo

Carlos Alvarado adoptó la estrategia contraria a su oponente. Asistió a todos los espacios disponibles para exponer sus ideas, incluso solicitó que se le diera la oportunidad de presentar sus propuestas de gobierno en conversatorios cuando Fabricio cancelaba su participación en algún debate. Además, reconoció los errores cometidos por el PAC durante su actual gobierno y procuró adoptar medidas para evitar que se volvieran a producir durante su eventual mandato. Asimismo, logró obtener el apoyo de importantes figuras políticas de otros partidos, entre las que se destaca Rodolfo Piza, quien había sido el candidato presidencial del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y que se sumó a la campaña del PAC casi desde el inicio de la segunda ronda.

Sin embargo, el resultado realmente sorpresivo no es la victoria de Carlos Alvarado, sino la alta participación en la segunda ronda electoral. El abstencionismo fue de cerca del 33.5%, un 1% menos de lo registrado en la primera ronda, y menor a los registrados en las segundas rondas de 2002 (39.7%) y 2014 (43.3%). Lo que hace más inusual el resultado es que el balotaje se llevó a cabo el Domingo de Resurrección, día en que las personas tienden a regresar a sus hogares después de sus vacaciones de Semana Santa, situación que hacía esperar un aumento considerable del abstencionismo.

El resultado realmente sorpresivo no es la victoria de Carlos Alvarado, sino la alta participación en la segunda ronda electoral.

 

Por el momento solo podemos especular posibles respuestas a este fenómeno, pero parece que la campaña realizada por el Tribunal Supremo de Elecciones y, especialmente, por la llamada Coalición Costa Rica, tuvo una incidencia importante. La Coalición Costa Rica es un grupo de ciudadanos y ciudadanas que se unieron tras la primera ronda electoral, dirigida e integrada principalmente por personas jóvenes, provenientes de distintitos partidos políticos o sin afiliación política. Este grupo se crea por la preocupación ante la carencia de debate y propuestas de ideas con relación a los principales problemas del país que caracterizó la campaña electoral. Posteriormente, brindaron su apoyo a Carlos Alvarado y sirvieron como un importante respaldo para informar y movilizar a la población durante la segunda ronda.

Lo que vendrá tras la segunda ronda

A pesar de su holgada victoria en la segunda ronda, Carlos Alvarado enfrenta un panorama político complicado. El PAC solo cuenta con diez diputados en la próxima Asamblea Legislativa, menos que el Partido Liberación Nacional (PLN), con diecisiete, y el PRN, con catorce. Por lo tanto, será imprescindible que logre formar alianzas y consolidar una colación política fuerte y estable, esto para tener la capacidad de dar respuesta a los problemas más importantes del país.

Tras su victoria, Alvarado ha realizado un llamado a todos los partidos que estarán representados en la próxima Asamblea Legislativa, para así conformar un gobierno de unidad nacional, para lo cual ha ofrecido puestos en su gabinete a aquellas agrupaciones que se comprometan a acordar una agenda política y legislativa. Un ofrecimiento de esta naturaleza es inusual en la política costarricense.

A casi un mes de iniciar el nuevo gobierno, solo queda esperar si habrá capacidad entre los partidos políticos costarricenses para alcanzar y consolidar un acuerdo de este tipo, o el país estará frente a 4 años de un legislativo fragmentado y un ejecutivo con poca capacidad de maniobra. El tiempo nuevamente nos dirá si hay sorpresas o sorprendidos.

JOSÉ ANDRÉS DÍAZ GONZÁLEZ es doctorando en Gobierno y Políticas Públicas, maestro en Historia y licenciado en Ciencias Políticas. Es investigador del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) y docente de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR). Sígalo en Twitter en @jadg_cr.

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2 Responses to Segunda ronda electoral en Costa Rica: ¿resultado sorpresivo?

  1. Jimenez Mairena, Betty Lisseth dice:

    Me pareces parcializado hacia el PAC

  2. […] en la primera ronda de la elección 2018, gana sobre un partido fuerte como el PAC y lo manda a una segunda ronda, ya que ninguno alcanza el […]

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