Que no se repita el error

6 agosto, 2015 • Asia/Pacífico, Entrevistas, Portada, Regiones • Vistas: 7095

Hiroshima y Nagasaki a 70 años de la bomba atómica

Gerardo R. Valenzuela

FAL / Gerardo R. Valenzuela

Entrevista FAL a Akira Yamada, Embajador de Japón


avatarDefault Gerardo R. Valenzuela
y Karla González Esquinca

 Agosto 2015

Los nombres de Hiroshima y Nagasaki se escribieron con dolor en los libros de la historia del mundo. La magnitud de la tragedia generada por las detonaciones de las bombas atómicas sobre estas ciudades japonesas marcaron un antes y un después en las relaciones multilaterales, pero no lo suficiente como para frenar del todo la proliferación de armas nucleares, al grado de que 70 años después, a pesar de los avances, continúan las negociaciones que conduzcan al desarme. Para ahondar sobre este tema y conocer los cambios que ha experimentado su país después de estos acontecimientos, el equipo editorial de Foreign Affairs Latinoamérica se reunió con Akira Yamada, Embajador de Japón en México.

Foreign Affairs Latinoamérica – Sin duda uno de los acontecimientos que marcó la historia de Japón y del mundo fue la detonación de bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. ¿Cómo se encuentra Japón a 70 años de estos acontecimientos?

Akira Yamada – El 6 de agosto en Hiroshima y el 9 de agosto en Nagasaki, son fechas que no olvidamos y que no debemos olvidar. Fue una tragedia no solamente para Japón, sino también para la humanidad. Ya han pasado 70 años y, aunque la memoria se pierde año con año, en este aniversario los japoneses y el mundo van a profundizar en los trágicos acontecimientos de Hiroshima y Nagasaki. En ese sentido, me ha sorprendido el interés que México ha mostrado por la tragedia, particularmente en estas últimas semanas.

Por otra parte, el gobierno de Japón y el pueblo japonés, estamos haciendo esfuerzos importantes para alcanzar la meta de tener un mundo sin armas nucleares. Sabemos que llegar a esta meta no es fácil y para lograrlo es muy importante que el mundo conozca las tragedias de Hiroshima y Nagasaki. Por ejemplo, este año se celebró en Nueva York la Conferencia de las Partes encargada del examen del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares y uno de los puntos sobre el que insistió el gobierno de Japón fue la necesidad de que los líderes mundiales y los jóvenes del mundo visten Hiroshima y Nagasaki para que conozcan de manera directa cómo ocurrió la tragedia y el daño que ocasionó en la población. Es fundamental conocer las experiencias de aquellos que sufrieron la tragedia para que el mundo comprenda la importancia de alcanzar un mundo sin armas nucleares.

Para los japoneses, tanto la detonación de las bombas atómicas así como el fin de la Segunda Guerra Mundial representaron un gran cambio. Los japoneses se arrepintieron de los errores de la política equivocada del militarismo que prevalecía antes de la Segunda Guerra Mundial y nuestros antepasados se comprometieron a reconstruir un país pacífico y próspero que colabore de cerca con la comunidad internacional, lo que representó un cambió tanto en la sociedad, como en la política, en la economía y, sobre todo, un cambio en la mentalidad de la población.

En la vida cotidiana, para alcanzar una mejor calidad de vida, el pueblo japonés se enfocó en el trabajo duro al grado de que, durante las décadas de 1960 y 1970, la economía japonesa logró un crecimiento milagroso. Sabíamos que cuando lográramos un mejor nivel de vida, podríamos contribuir más activamente a lograr la paz y el desarrollo en el mundo. En ese sentido, ahora el sentimiento del pueblo japonés es pacifista y, sin duda, cuando el mundo es más pacífico, nuestra economía puede desarrollarse mejor por la importancia que tiene el comercio exterior y la inversión extranjera. Entonces, cuando la situación internacional es pacífica, nuestra economía y nuestra sociedad pueden desarrollarse mejor, motivo por el cual nuestra política pacifista coincide con nuestra política económica.

FAL – La contaminación nuclear producto de las bombas atómicas tuvo fuertes repercusiones en la salud de los habitantes. ¿Cómo se encuentra la población a 70 años de los ataques? ¿Cómo están las ciudades?

AY – El daño ocasionado por la bomba atómica tuvo un fuerte impacto en la biografía de muchas personas. Sin embargo, a 70 años resulta muy difícil notar la influencia. Muchos sobrevivientes han muerto y no necesariamente por la influencia de las bombas atómicas, sino por su edad. Se dice que, en el caso de Hiroshima, unos 150 000 ciudadanos de aquel entonces -la población de Hiroshima era de aproximadamente 300 000 habitantes- murieron en 1945 por razones relacionadas con la bomba atómica: por la explosión, por quemaduras o por el daño ocasionado por la radiación, que dura varios años. Mi padre era médico, ahora está retirado, y trabajaba en el hospital de Hiroshima que se especializaba en la atención a pacientes que fueron víctimas y sobrevivientes de la bomba atómica y me comentaba sufrían mucho, tanto por la influencia de la radiación como por el trauma psicológico. Pero ahora, algunos de los sobrevivientes siguen adelante con sus vidas y están haciendo esfuerzos para transmitir sus experiencias a las generaciones jóvenes y a la gente de otros países. Además, lo importantes es que en la actualidad, en términos de salud, la detonación de la bomba no se nota en los habitantes de Hiroshima.

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En cuanto a la infraestructura de las ciudades, es importante destacar que, desde hace muchos años, tanto Hiroshima como Nagasaki se encuentran totalmente reconstruidas: ambas son ciudades muy bonitas, modernas, muy bulliciosas y solo permanecen algunos edificios que dan testimonio de la bamboa atómica. Entre estos edificios emblemáticos se encuentra la llamada Cúpula Genbaku o Monumento de la Paz, cuyas paredes permanecen tal como quedaron después de la detonación de la bomba atómica en Hiroshima. Incluso, este edificio es considerado patrimonio de la humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

FAL – Por otra parte, ¿cuál es el sentir de la población, sobre todo cuando se acerca un aniversario o cada vez que hay que recordar esos hechos?

AY – En la gente prevalece un sentimiento muy fuerte en contra de las armas nucleares. En Hiroshima hay un monumento que fue erigido en memoria de las víctimas y en cuya placa se lee: «Descansa en paz. No vamos a repetir el error». Hay discusiones para determinar a quién se refiere el sujeto de esta oración. Antes, algunos aseguraban que se refería a los estadounidenses que bombardearon, pero ahora la mayoría coincide en que se refiere al ser humano y que, como humanidad, no vamos a repetir el error, que no volveremos a realizar bombardeos con armas nucleares. Entones, el odio a las armas nucleares y el deseo de eliminarlas, es un sentimiento muy fuerte que prevalece entre los japoneses, sobre todo en Hiroshima y Nagasaki.

El sentimiento de los ciudadanos de estas dos ciudades suelen ser muy diferentes a los de otras ciudades, porque sufrieron directamente la tragedia al perder a sus familiares por las bombas atómicas. En ocasiones me han preguntado si los familiares de las víctimas odian a los estadounidenses, pero yo creo que no. Lo que realmente odian son las armas nucleares y la guerra, es por eso que se escribió la frase de «no vamos a repetir el error», es el sentimiento común en los ciudadanos.

FAL – Como bien menciona, la población se manifiesta en contra de las armas, pero ¿qué está haciendo el gobierno de Japón para luchar de manera interna, pero también internacional, para frenar la proliferación de armas nucleares?

AY – El problema del desarme y de la no proliferación de armas nucleares es un tema muy importante para los japoneses, no solo por lo sentimental, sino también porque se trata de un tema de seguridad nacional para Japón. Es un hecho que Japón está rodeado de países que tienen armas nucleares y la no proliferación y el desarme tienen que ver directamente con nuestra seguridad. Conocemos muy bien la realidad de la comunidad internacional y si las condiciones alrededor de nuestro país fueran tranquilas, podríamos decir «ya… vamos a eliminarlas».

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FAL / Gerardo R. Valenzuela

Por ejemplo, afortunadamente en Latinoamérica no hay riesgo de que estalle una guerra en la que se utilicen armas nucleares, ya que fue la primera región donde se abandonó totalmente esta idea. Pero en Japón, no se puede avanzar más por varias razones, principalmente por estar rodeados por los países que tienen armas nucleares. Entonces, al abordar este tema, hay que considerar la realidad de la condición internacional de Japón.

Uno de los países poseedores de armas nucleares y vecino de Japón es China y, hasta el momento, China no participa en ningún tipo de negociación para reducir el número de armas nucleares. Esperamos que tanto China como otros países también hagan esfuerzos y participen en negociaciones para reducirlas o, por lo menos, muestren mayor transparencia en su política sobre armas nucleares.

Sin duda, nuestra intención es continuar haciendo esfuerzos, paso a paso, para alcanzar un mundo sin armas nucleares, por lo que participamos en el fortalecimiento del sistema de la Agencia Internacional de Energía compartiendo opiniones en mesas de discusión con nuestros países amigos, como Australia, Holanda y México. Además, Japón ha presentado propuestas realistas que incluso le han ganado fuertes críticas por parte de la sociedad japonesa. Además, es importante mencionar que las negociaciones del Tratado de No Proliferación es criticado porque divide a los países poseedores de armas nucleares de los no poseedores. Es una asimetría muy clara pero lo importante es eliminarlas aunque sea poco a poco. Debemos continuar con la negociación del desarme, la reducción de las armas nucleares y aumentar la transparencia sobre las mismas.

FAL – En este sentido cual es la postura de Japón con respecto al acuerdo nuclear alcanzado con Irán en julio de 2015.

AY – Japón no es miembro del llamado G5+1 pero hemos observado muy cuidadosamente esta negociación y, en principio, la recibimos con buenos ojos este acuerdo porque consideramos que puede frenar el desarrollo del plan de armas nucleares de Irán. Aunque por ahora es tan solo un acuerdo que debe ser autorizado e implementado por los países participantes, en Japón estamos dispuestos a colaborar paralelamente. Por ejemplo, durante las negociaciones, el gobierno japonés mantuvo varias conversaciones de alto nivel. En ese sentido, el canciller Fumio Kishida conversó en varias ocasiones con su homólogo iraní para persuadir a Irán de que abandone su plan de armas nucleares.

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Considero que Japón tiene una voz moralmente apta para abordar el tema porque somos el único país afectado por las armas nucleares. Además, si Irán abandona su plan de armas nucleares puede generar una mejor relación con la comunidad internacional y eso contribuye mucho a la mejora del bienestar del pueblo. También nosotros tenemos mucha experiencia de colaboración internacional por lo que podemos contribuir al fortalecimiento de este acuerdo.

En ese sentido, primero hemos observado muy cuidadosamente el proceso de este acuerdo y estamos dispuestos a colaborar para que se concrete. De hecho, hemos conversado y seguimos conversando con Irán y espero que con el acuerdo el mundo sea más seguro e Irán pueda gozar un desarrollo pacífico.

FAL – En abril de 2015, el Acuerdo de Asociación Económica entre Japón y México cumplió 10 años. ¿Cuáles han sido los principales beneficios de este acuerdo? ¿Cómo se ha fortalecido la relación entre ambos países?

AY – Para Japón, este acuerdo es sustancial. Históricamente, el primer acuerdo de este tipo que tuvo Japón fue con Singapur. Sin embargo, debido a las características de este país, dicho acuerdo no cubre tantos rubros. Por otro lado, el acuerdo con México fue el primero y ahora es muy exitoso. Antes de empezar con las negociaciones, yo era el director de división de América Latina y el Caribe del gobierno japonés y pensábamos en cómo poder empezar a negociar con México. Entre 1999 y 2001 la opinión en contra de este tipo de acuerdos en Japón era bastante fuerte. Sin embargo, unos años después iniciamos las negociaciones que terminaron en 2004 para que entrara en en vigor en 2005. En estos 10 años, nuestras relaciones económicas aumentaron mucho y el comercio sigue aumentando de manera estable. Sin duda, vamos a seguir viendo un crecimiento sostenido del comercio bilateral.

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Sin embargo, considero que lo más importante es el aumento de la inversión japonesa en México. Por ejemplo, en los últimos 5 años el número de empresas japonesas en México se ha duplicado. En 2009 eran menos de 400 y ahora tal vez sean cerca de 900. Fuera de México, no hay ningún país del mundo donde crezca tanta rápido la presencia de empresas japonesas.

Además, los empresarios que vienen a invertir en México, no solo crean empleos sino que también se preocupan por la formación y capacitación de los trabajadores, así como por la transferencia de tecnología. De esta manera, la inversión japonesa contribuye mucho al desarrollo económico de México. Naturalmente, las empresas japonesas invierten en territorio mexicano porque saben que pueden obtener un beneficio.

Este acuerdo avanza bastante bien y considero que la tendencia se mantendrá, no solamente en la industria automotriz, sino también en otros campos donde empezarán a profundizar por las reformas estructurales impulsadas por el gobierno de México. Gracias a estas reformas, se abrirán nuevas oportunidades de negocio para que las empresas japonesas contribuyan más a la economía mexicana. Por ejemplo, gracias a la reforma energética, varias empresas están interesadas en compartir su experiencia en la extracción de petróleo, sobre todo en aguas profundas.

Por otra parte, la exportación mexicana a Japón aumentó mucho en los últimos años. Más del 90% del aguacate que llega a Japón se envía desde México, al igual que la lima y el melón, mientras que la exportación de cerdo sigue también en aumento. Considero que todavía hay muchos espacios para la exportación de productos mexicanos a Japón, pero lo más importante será el aumento sostenido de la inversión japonesa en este país.

GERARDO R. VALENZUELA y KARLA GONZÁLEZ ESQUINCA son Subdirector Editorial y Community Manager de Foreign Affairs Latinoamérica respectivamente. Sígalos en Twitter en @ForeignAffairsL y @Karla_GEsquinca. Esta entrevista ha sido editada y resumida para ajustarse al formato de publicación.

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One Response to Que no se repita el error

  1. LILIA IBARRA ARCE dice:

    me parece una entrevista muy interesante y que nos hace reflexionar en el daño que se le hizo no solo a Japón, sino a toda la humanidad

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