Preocupaciones no simuladas

16 abril, 2018 • Medio Oriente, Opinión, Portada • Vistas: 12353

¿Qué sigue después del ataque táctico de Estados Unidos a Siria?

AP-The Star

Moisés Garduño García

Abril 2018

En el momento del ataque estadounidense a Siria del 14 de abril de 2018 la situación en el terreno era favorable para las fuerzas militares de Bashar al Assad. El ejército sirio había recuperado el 85% del territorio nacional después de recobrar las provincias de Alepo y Deir Azi Zor, y había propinado derrotas estratégicas a miembros de la oposición siria y del Estado Islámico durante 2017. Esto propició el anuncio de la retirada rusa de manera gradual entre marzo de 2016 y diciembre de 2017, lo que fortaleció las percepciones positivas del proceso de paz de Astaná y de la Cumbre de Ankara en la esfera pública trasnacional, mientras se opacaban los procesos negociadores de Ginebra que poco habían logrado después de ocho largas y rígidas rondas de negociación.

Con excepción de los cantones kurdos al norte del país, el objetivo del gobierno sirio se concentró en recuperar territorios sustanciales para la seguridad nacional, particularmente zonas en Damasco, como Gouta, así como el planteamiento fundamental de trazar planes para recuperar Deraa e Idlib -esta última ciudad con una población aproximada de dos millones de personas-, todo esto para completar la unidad territorial tan anhelada después de 7 años de guerra.

El gran problema para países como Arabia Saudita e Israel es que esta recuperación gradual de territorio ha sido proporcional al avance de Irán en Siria, particularmente en las zonas de Homs, Latakia y, muy específicamente, al sur de Damasco, As-Suwayda y Quneitra. Esto sirve para explicar la preocupación directa de Tel Aviv que a partir de octubre de 2017 cambió su estrategia de contención limitada y la sustituyó por un involucramiento directo en el terreno sirio al intervenir en cuatro ocasiones contra posiciones iraníes en Al Kiswah, Damasco y la base T-4 cerca de Palmira, esto con aviones y drones que violaron el espacio aéreo libanés y que dieron como resultado el derribo de un F-16 israelí el 10 febrero de 2018, fenómeno que no ocurría en el Medio Oriente desde hace 20 años.

Lo anterior inauguró una nueva etapa estratégica en el conflicto en Siria. El golpe de las baterías antiaéreas de Al Assad evidenció las intenciones de Israel por entrar directamente al conflicto cuando fuese necesario, un ejercicio parecido al que realizó Turquía cuando intervino en Afrin en enero de 2018, hechos que por sí mismos escalaron el conflicto al ampliar margen de riesgo de daños colaterales en la población civil. Una evidencia para este argumento es que tan solo en lo que va de 2018 fallecieron cerca de 3400 personas en Siria, 1241 de ellas en marzo, esto de acuerdo con datos de la organización I Am Syria, caídos que se suman a las más de 500 000 víctimas registradas por la misma organización en lo que va del conflicto. El ataque más reciente de Tel Aviv en Siria fue a la base de Tiyar el 9 de abril de 2018 donde murieron siete soldados iraníes, lo cual fue una dura provocación que se convirtió en el antecedente inmediato a la crisis que estamos experimentando ahora mismo.

El ataque

Después del supuesto ataque con armas químicas en Duma ninguna narrativa se ha impuesto con base en pruebas fehacientes. Ni el gobierno de Donald Trump mostró las pruebas de la supuesta responsabilidad de Al Assad en dicho ataque, ni Vladimir Putin mostró evidencias claras de que se trataba de un supuesto montaje. La serie de imágenes sobre el aparente embate fueron manipuladas por ambas narrativas, al grado que un equipo de inspectores enviado por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) llegó al terreno para realizar una investigación minuciosa, misma que comenzó tan solo después de que Estados Unidos iniciara el «ataque de un solo tiro» con aproximadamente 66 misiles Tomahawk y 19 novedosos JASSM-ER en conjunto con los misiles crucero Storm Shadow de Londres y París, todo sin permiso del Congreso en Washington.

Sin embargo, un factor importante fue la comunicación con Rusia por medio de Emmanuel Macron. De acuerdo con el Financial Times, la llamada de Macron a Putin fue clave para evitar represalias rusas, así como una escalada en el conflicto, esto después de un diálogo entre ambos mandatarios durante el cual Rusia advirtió de «consecuencias impredecibles» ante «acciones peligrosas», al tiempo que ambas partes insistieron en mantener comunicación a través de sus respectvos Ministros de Exteriores y de Defensa. De acuerdo con la misma nota, las reuniones entre Estados Unidos, Francia y el Reino Unido versaron sobre los objetivos a atacar, donde supuestamente Francia habría optado por no dañar instalaciones militares rusas o iraníes, hecho que finalmente se conseguiría al observar que los edificios dañados por los misiles se encontraron evacuados mucho antes de que cayeran los primeros envíos.

Es importante remarcar que diversos sitios internacionales de noticias, así como diversas cuentas en redes sociales, mostraron y reprodujeron supuestos videos de los primeros ataques en Damasco, videos que resultaron ser falsos. Esta situación nos plantea el reto de mantener cautela para no caer en la desinformación y el amarillismo, fenómenos muy recurrentes en nuestros tiempos que, en el caso de Siria, llevaron a miles de personas a pensar en una respuesta rusa que llevaría a escenarios apocalípticos de «una tercera guerra mundial», una «guerra nuclear» y otro tipo de paranoias que confundieron a una opinión pública que suele buscar respuestas en Twitter o Facebook.

Posiciones estratégicas, zonas de influencia y control territorial de los actores involucrados en el conflicto sirio al 7 de abril de 2018. (Tomado de la cuenta de Twitter @Nawaroliver)

No obstante, un análisis integral del ataque estadounidense debe distanciarse tanto de aquellas perspectivas que lo minimizan por haberse tratado de un «ataque táctico o limitado», como de aquellas otras que lo ven como el inicio de una «tercera guerra mundial». En estudios estratégicos es bien sabido que ningún ataque militar, por muy táctico o limitado que parezca, nunca debe minimizarse porque al momento de disparar un misil o de despegar una aeronave siempre existe un margen de error que escapa a cualquier tipo de control o supervisión (fallas técnicas, interferencias electrónicas, fallas en sistemas de navegación, falta de precisión e incluso el mismo error humano que es el más recurrente), cuestiones que en determinado momento pueden complicar el panorama estratégico planeado y causar daños colaterales que al momento de un ataque como estos pueden ser utilizados por actores que están empeñados en escalar el conflicto para satisfacer agendas personales de tipo económico o ideológico.

En resumen, un ataque táctico o limitado, aunque utilice misiles de alta tecnología como los JASSM-ER de Lockheed Martin que se usaron, nunca puede puede minimizarse porque no puede controlarse totalmente y porque cuando se equivoca lo hace en grande. Lo mismo se había dicho de las famosas «bombas inteligentes» durante la guerra del Golfo en 1991, las cuales erraron en el blanco hasta en un 70% durante la campaña contra Saddam Hussein de aquellos años, esto cuando se presentaban como las armas más innovadoras del momento.

¿Qué sigue después del ataque?

A pesar de todos los riesgos que esta aventura implicó, el ataque estadounidense no cambió sustancialmente el balance de poder militar en el terreno sirio. Aunque el Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, y el Presidente del Estado Mayor, Joseph Dunford, dijeron que el objetivo de la estrategia de «un solo tiro» sería «dar un mensaje de disuasión al régimen de Al Assad contra la producción, propagación y uso de armas químicas», lo cierto es que nadie ha podido evitar que este tipo de armas prohibidas a nivel internacional se siga utilizando pues, si hay una cosa clara, es que los actores responsables de la serie de ataques químicos que se han dado en Siria desde que comenzó la internacionalización del conflicto no están dispuestos a parar.

Un punto de acuerdo entre muchos analistas es que este tipo de hechos, al igual como ocurrió en abril de 2017 durante el ataque a Khan Shauykhun, son instrumentalizados por los medios locales en Estados Unidos para erosionar la atención sobre los conflictos internos del Presidente en turno, entre ellos una serie de escándalos sexuales y sobre todo el escándalo generado por el Russiagate. No cabe duda que es posible orientar un análisis de estas caracteristicas. Lo mismo podría pensarse con respecto a actores como Israel, regimen que aprovechó la crisis siria para reprimir a manifestantes palestinos quienes llevaron a cabo una marcha pacífica en cinco puntos diferente de Gaza a la cual los medios internacionales practicamente no le dieron cobertura. Con esto, lo que se quiere decir es que el uso del factor externo para fines de agenda interna no es algo nuevo y ciertamente es recurrente en gobiernos pragmáticos que utilizan a su favor el contexto internacional. Pero en el caso sirio, la distracción de la opinión pública por sí sola no determina las razones por las cuales se decidió realizar el ataque, y mucho menos con múltiples, complejas y contradictorias ecuaciones en el terreno por parte de los actores involucrados.

Lo que se puede asegurar es que la estrategia militar que sigue en Siria tendrá más que ver con las pugnas entre Irán e Israel en el Sur (en la zona de Deraa) y las de Turquía con los kurdos (cerca de la zona de Idlib). Estos dos puntos geográficos serán decisivos para el futuro de Siria, al igual que lo serán los pasos que se den en el contexto de los esfuerzos diplomáticos los cuales irán acompañando lo que ocurra en el teatro de operaciones.

Con respecto al primer escenario, Israel mostró su preocupación apenas había pasado el ataque estadounidense y denunció que un ataque táctico similar debía realizaerse contra «Estados terroristas» haciendo referencia a Irán. Y es que es sabido que en Al Kiswah, al sur de Damasco, Irán mantiene una presencia militar que importuna a Israel, pues la Guardia Revolucionaria ha intentado establecer un corredor estratégico con las Quneitra Hawks Forces quienes desde diciembre de 2017 recuperaron la zona de Beit Jinn, una distancia aproximada de cincuenta kilómetros de la posición más cercana del ejército israelí en los Altos del Golán. La injerencia iraní pretende producir una esfera de influencia antiisraelí en conjunto con Hezbollah, el frente Fouj Al-Youlani, algunas milicias drusas y las mencionadas fuerzas especiales sirias, en un ejercicio que no puede leerse solo en términos militares sino también en términos económicos porque con esto los iraníes pueden establecer zonas de oportunidad específicas para la reconstrucción siria (con empresas iraníes como Khatam Al Anbiya), lo que ayudaría a compensar la inversión económica que Teherán ha hecho en este teatro de operaciones si consideramos los planes de remodelación demográfica pensada por el régimen de Al Assad, una estratagia que Teherán ya implmentó en el sur de Irak después de la salida de las tropas estadounidenses en 2012 con excelentes resultados. Ante esto, y como se ha mencionado antes, Israel se verá obligado (y probablemente también Arabia Saudita) a intervenir de forma más directa en Siria, lo que por supuesto no es buena noticia para la población de Deraa que inevitablemente se convertirá potencialmente en el teatro de operaciones de una guerra que no es la suya.

Con respecto al escenario de Idlib las cosas tienen su propia complejidad. Es menester recordar que Turquía dio «el visto bueno» al ataque estadounidense pues es sabido que Recep Tayyip Erdogan mantiene el objetivo de derrocar al régimen de Al Assad. No obstante, al saber las condiciones en el terreno, Erdogan es conciente de que deberá mantener comunicación con el régimen de Al Assad cuando el ejército sirio lance su campaña en Idlib, esto por dos razones fundamentales. La primera, las consecuencias humanitarias que dicha campaña pueda llevar a la frontera de Siria con Turquía y la zona de Afrin, y la segunda, en términos de seguridad nacional, porque el futuro de decenas de miles de combatientes islamistas apoyados por Arabia Saudita no está claro. De hecho, en este segundo caso, se presume que una vez enfrentados por Al Assad, los combatientes del principal grupo islamistas en Idlib, Hayat Tahrir Al Sham (antes conocido como Frente Al Nusra) tendrán que buscar algún tipo de refugio si se ven superados, tal como ha ocurrido en el resto de los conflictos en el mundo árabe con las milicias islamistas.

Con lo anterior, es necesario decir que la política turca en Siria es vital para pensar en un futuro posterior al conflicto, aunque una cosa es ir ganando en el campo de batalla y otra muy diferente conseguir la paz, sobre todo cuando se habla de los espacios trasfronterizos kurdos que ambos países comparten. En síntesis, Turquía es un actor pragmático que lanza señales mixtas y que tiene un papel fundamental tanto en el terreno militar en su frontera con Siria como en la mesa de negociaciones donde interactúa con todos los actores involucrados. Sobre decir que al igual que ocurrió con Macron, Erdogan también habló telefónicamente con Putin para decirle que iba a respaldar el ataque estadounidense pero que «los acuerdos alcanzados en la cumbre de Ankara, incluyendo la cuestión kurda, para buscar una solución política en Siria seguían en pie».

MOISÉS GARDUÑO GARCÍA es doctor en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos por la Universidad Autónoma de Madrid y maestro en Estudios de Asia y África con especialidad en el Medio Oriente por El Colegio de México. Es profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia (Conacyt). Es coordinador de Pensar Palestina desde el sur global. Sígalo en Twitter en @Moises_Garduno.

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4 Responses to Preocupaciones no simuladas

  1. Ricardo Rodríguez Roman dice:

    Excelente información te felicito

  2. Patrícia Waters dice:

    Es toda una eminencia el Dr Garduño.. Me congratulo de ser su alumna .. He aprendido a discernir mejor el volumen de noticias que abundan sobre estos temas, para no repostera lo falso.. Gracias!!!!

  3. Jassiel dice:

    Excelente artículo con un amplio análisis desde esferas que en otros estudios no había podido encontrar. Gracias por compartir profesor. Saludos.

  4. Georgina Mangino dice:

    Georgina Mangino
    Bravo Moisés Un gran documento
    Muy claro y muy preciso sin confucion
    Muchas gracias y Felicidades

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