Obama y el embargo cubano

22 septiembre, 2016 • Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 9998

EPA / Alejandro Ernesto

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Septiembre 2016

Tras su elogio en el servicio funerario de Nelson Mandela, donde Barack Obama aludió a sus homólogos, pidiéndoles completar el trabajo de mantenimiento de la paz del ídolo sudafricano, el Presidente estadounidense dio su propio gesto de paz al apretar la mano con el líder cubano Raúl Castro. Este gesto simbólico entre los líderes de ambos países no se había visto públicamente desde antes del triunfo de la Revolución cubana en 1959. En 2015, 2 años después, los presidentes se dieron la mano reiteradamente en la Cumbre de las Américas en Panamá, luego de que ambos anunciaran que sus países iban a restablecer las relaciones diplomáticas y Obama visitara la isla personalmente. Desde entonces, la normalización ha dado pasos significativos y beneficiosos para ambos países.

Para Cuba, que promete un nuevo intento para reforzar su economía, la exploración de inversión de empresas estadounidenses trae nuevas oportunidades económicas. Aunque el embargo se mantiene vigente, Obama ha eludido la ley del embargo con órdenes ejecutivas y recientemente, con modificaciones de enmiendas para seguir aplicando la nueva dirección sobre Cuba. Hasta ahora, el gobierno estadounidense ha rescindido a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, reabierto la embajada de Estados Unidos en Cuba -gesto que La Habana correspondió de la misma manera-, establecido una comisión bilateral como vehículo principal para el avance de la normalización, diálogos de cooperación sobre temas de la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, el crimen transnacional, el delito cibernético, los viajes y el comercio seguro y fugitivos.

Pero para el gobierno cubano el embargo es el principal obstáculo para una normalización y relación respetuosa entre los dos países. En su discurso junto al presidente Obama en La Habana, el presidente Raúl Castro dijo que el embargo es «el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano.» Pero para el Presidente estadounidense, que durante su visita a Cuba afirmó que «el futuro de Cuba debe estar en manos de los cubanos», el nuevo rumbo de política hacia la isla es verdaderamente un viraje de estrategia para seguir presionando un cambio de gobierno por otros medios. Arturo López-Levy, experto en la política de Estados Unidos hacia Cuba y Latinoamérica, opina que quizá, con el tiempo, con una mayor interacción y con una política cubana sabia, se pueda llegar a una situación distinta. «El sistema de política exterior estadounidense tiene una cultura política intervencionista en los asuntos internos del resto de los Estados del hemisferio occidental», dice. «Sería muy difícil sustraerse de la noche a la mañana.» No obstante, para López-Levy, Obama concretó un cambio largamente debido en la política de Estados Unidos hacia Cuba. «Él [Obama] reemplazó una estrategia imperial coercitiva por otra de corte hegemónico y persuasiva. Al hacer eso puso la política estadounidense hacia Cuba sobre bases racionales y en un sendero en el que los dos países pueden ganar.»

AP

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Para Obama, el tema de Cuba quedará como una victoria política. Para Raúl, un gran obstáculo para la verdadera normalización que continúa sin resolverse. El gobierno cubano, que ha denunciado en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) la ilegalidad de esta política en acorde al Derecho internacional, ha recibido un gran respaldo de la comunidad de países. Aunque la ONU ha condenado el embargo por 24 años consecutivos, solo el próximo presidente de Estados Unidos tendrá el poder de terminar con esta fallida política. Para William LeoGrande, profesor de Gobierno de la American University en Washington D.C. y coautor del libro Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana, el proceso de continuar el legado del  gobierno de Obama puede tener obstáculos. «El presidente tiene que hacer el levantamiento del embargo una prioridad. Los opositores del embargo en el Senado necesitan 60 votos para superar un bloqueo y aprobar un proyecto de ley de su parte para revocarlo.» En acorde con LeoGrande, en el caso de una presidencia demócrata, Hillary Clinton continuaría con el mismo paso de Obama. «Clinton ha respaldado plenamente la apertura de Obama a Cuba y continuaría con ella, aunque quizá no tan fuerte», dice, «ya que está tan estrechamente identificado con el legado de Obama en lugar de ella. Esto puede implicar que los avances pueden ser detenidos debido a que tomará un esfuerzo concertado por la Casa Blanca para que el Congreso derogue el embargo.»

Por la parte republicana, Donald Trump se ha expresado favorablemente por una normalización de relaciones con Cuba. No obstante, LeoGrande afirma que la plataforma republicana ha vuelto a las políticas más hostiles y agresivas, seguido por George W. Bush y que senadores como Marco Rubio y Ted Cruz -que han hecho sus carreras políticas con base en una política hostil contra la isla- tienen muchas maneras de bloquear la legislación. «No hay duda de que Cruz y Rubio (si son reelegidos) usarían ese poder para tratar de bloquear la legislación de levantar el embargo. No es probable que haya una mayoría en el Senado a favor de levantarlo, pero los conservadores, sin duda, tratarán de montar una maniobra obstruccionista para bloquear dicha legislación. Por lo tanto, mucho depende de la cantidad de asientos que los demócratas puedan ganar en noviembre, porque necesitarán 60 votos para poner fin a una maniobra obstruccionista.» De acuerdo a las declaraciones de Carlos Gutierrez, Secretario de Comercio durante el segundo mandato de George W. Bush, se prevé que los intereses comerciales estadounidenses «serán más activos para empujar al Congreso de mayoría republicana para levantar el embargo de Estados Unidos».

Getty Images

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Incluso Alan Gross, un contratista empleado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que pasó 5 años en una prisión cubana por su trabajo en los programas del gobierno de Estados Unidos cuasiencubiertos, ha criticado que el embargo de Estados Unidos no tiene sentido. «El Congreso debe poner fin al embargo para que el sector privado de Cuba tenga un mercado cerca del norte al que se pueda exportar. Se debe poner fin al embargo de modo que la hipocresía termine en Estados Unidos, y entonces tal vez también terminará en Cuba.»

Hasta ahora, el cambio de la relación entre los dos países sigue entrelazándose con más proyectos bilaterales. Para López-Levy siempre es posible que un nuevo presidente estadounidense retorne a un curso de hostilidad particularmente si en Cuba se produce algún tipo de crisis. «Algunos cambios como el establecimiento de embajadas parecen irreversibles,» comenta. «En términos de perspectiva general hay que distinguir entre posibilidad y probabilidad. Es probable que el próximo presidente no pierda el terreno ganado por Obama en remover una política a todas luces perjudicial a Estados Unidos en sus valores e intereses.»

Cuba, por su parte, ha sido un país que sigue trascendiendo globalmente. Con la normalización iniciada por Obama, la isla será capaz de interactuar y contribuir mucho más en asuntos regionales e internacionales. Hasta ahora, el país ha enviado grandes equipos de médicos al mundo entero. Cuba cuenta con 42 000 trabajadores en colaboraciones internacionales en 103 países diferentes, de los cuales más de 30 000 son personal de salud, incluyendo no menos de 19 000 médicos. El país ofrece más personal médico para el mundo en desarrollo que todos los países del G-8 combinados. Además, la isla ayudó con éxito a mediar entre el gobierno de Colombia y los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las negociaciones, que tuvieron lugar en la capital cubana, resultaron en un histórico acuerdo de alto el fuego para poner fin a un conflicto de 50 años.

ROLF OTTO NIEDERSTRASSER es politólogo e historiador por la University of Texas. Ha publicado para The Huffington Post, On Cuba y Rio Grande Guardian. Además ha sido editor de Metro Leader.

 

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