Ni mujer, ni de Europa del Este

9 enero, 2017 • Artículos, Asuntos globales, Portada • Vistas: 6332

El proceso de selección del nuevo Secretario General de Naciones Unidas

Portuguese American Journal

 Natalia Figueroa Lima

Enero 2017

El funcionario con el rango administrativo más alto del mundo fue elegido por la Asamblea General de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) de entre trece candidatos, seis hombres y siete mujeres. La Carta de la ONU (de 1945) establece en su artículo 97 que el nombramiento del Secretario General se hará por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad. El 13 de octubre de 2016, tras la recomendación unánime del Consejo, António Guterres, Ex Primer Ministro de Portugal, fue nombrado como el noveno Secretario General que ocupará el cargo durante los próximos 5 años, a partir del 1 de enero de 2017; y quizás otros 5 años más si logra la reelección.

La elección de Guterres ha estado enmarcada dentro de las reglas establecidas desde 1945. Sin embargo, el proceso de selección de 2016 no tiene precedente. En términos generales, hubo un esfuerzo por democratizar y reflejar mayor transparencia. Sin embargo, en la última fase -la recomendación final del Consejo de Seguridad- prevaleció la tradición al ser únicamente los quince miembros del Consejo quienes elegirían, a puerta cerrada, a un único candidato.

Desde el inicio de la contienda, llamó la atención el perfil de los aspirantes. De los trece candidatos que se postularon, siete son mujeres y nueve son de Europa del Este; dos características que nunca en la historia ha tenido ningún Secretario General. La capacidad y experiencia de António Guterres son admirables. La comunidad internacional aplaude su futuro mandato. No obstante, el proceso de elección ha causado grandes controversias en tres sentidos. En primer lugar, la prevalencia del estatus quo que privilegia al Consejo de Seguridad en el procedimiento de elección a pesar de un gran esfuerzo por parte del expresidente de la Asamblea Mogens Lykketoft, por democratizar el proceso por medio de audiencias públicas. En segunda instancia, el hecho de que más de la mitad de los candidatos fueran mujeres y la histórica falta de participación femenina en la Secretaría General. Finalmente, que casi el 70% de los postulantes proviniera de Europa del Este, región que jamás ha detentado esta posición, ha provocado cuestionamientos sobre la distribución geográfica en la ONU.

La democratización de la elección y la prevalencia de la tradición

En 2014, un grupo de organizaciones de la sociedad civil lanzó la campaña «1 para 7000 millones» con el objetivo de reformar la elección del Secretario General en 2016. La campaña buscó que los temas que afligen a la comunidad internacional como el terrorismo, el cambio climático y la desigualdad fueran prioritarios cuando se eligiera al futuro sucesor de Ban Ki-moon. La campaña tuvo tres propuestas clave: celebrar sesiones abiertas entre los Estados miembros y los postulantes, que el Consejo de Seguridad recomendara a más de un candidato y que el periodo de mandato se extendiera a 7 años sin posibilidad de reelección.

Getty Images

De las propuestas de este grupo se llevó a cabo la primera. En abril de 2016, los trece candidatos hablaron frente a la Asamblea General. Por primera vez en la historia, los 193 Estados conocieron la lista de contendientes y su visión sobre la situación mundial. Sin embargo, las otras dos recomendaciones no se cumplieron. Finalmente, el Consejo de Seguridad únicamente recomendó a un candidato y sobre la duración del mandato ni se discutió.

António Guterres representa al grupo regional de los Estados de Europa Occidental y otros Estados -Australia, Canadá, Estados Unidos, Israel, Nueva Zelanda y Turquía-. Dentro de este grupo se encuentran tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. En las últimas encuestas extraoficiales del 5 de octubre de 2016 dentro del Consejo, Guterres obtuvo trece votos a favor y dos «sin opinión» revelando así su indudable victoria plasmada en la resolución 2311.

La [escasa] participación de las mujeres en la Secretaría General

La ONU se ha preocupado por promover el principio de 50/50 en la distribución de género en sus agencias. Dentro de la organización, la Secretaría General es la entidad más grande y que más personal emplea. De acuerdo con un informe de la Secretaría, a mediados de 2014 solo el 34% de sus funcionarios eran mujeres. En comparación con el resto del sistema de Naciones Unidas, la representación de la mujer es más baja en la Secretaría y es en las categorías de rango superior en donde las mujeres tienen menos ascensos.

Al observar la distribución por sexo en las agencias parte del sistema de la Secretaría se observa que el tan deseado 50/50 es aún menos alcanzable en organismos «tradicionalmente» liderados por hombres. Por ejemplo, solamente el 21% de los más de 2000 funcionarios dentro del Departamento de Seguridad son mujeres. Aún más revelador es el porcentaje de mujeres que participa en operaciones sobre el terreno. Únicamente la Oficina del Enviado Especial del Secretario General para el Sahel en África, conformada por seis funcionarios, cumple con el 50% de representación femenina. Todas las demás se encuentran muy por debajo de la mitad.

Si se observa la participación de las mujeres en categorías de más alto rango de la Secretaría, únicamente 19 de 75 puestos son ocupados por el sexo femenino en la Oficina del Secretario General Adjunto, Tegegnework Gettu. En la Oficina del Subsecretario General, Movses Abelian, la historia es similar; únicamente 16 de 80 puestos son ocupados por mujeres.

La posibilidad de que existiera una mujer en el asiento de la Secretaría General dio esperanza en la apertura de la brecha de género. El nuevo Secretario General deberá tener como prioridad el fortalecimiento del Plan de Acción para Todo el Sistema de las Naciones Unidas sobre la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres.

La Secretaría: ¿qué tan general es en su representación geográfica?

La representación geográfica también ha sido un tema de preocupación en el seno de Naciones Unidas. Conforme a la resolución 65/647 de la Asamblea General sobre la gestión de los recursos humanos, la organización aboga por un sistema de representación geográfica en los puestos del Cuadro Orgánico y categorías superiores. De acuerdo al informe sobre el personal de la Secretaría General de 2014, países como Angola, las Islas Marshall y Catar no estaban representados. En cambio, países como Canadá, México y el Reino Unido están catalogados como excesivamente representados.

El número de funcionarios sujetos a distribución geográfica provenientes de países desarrollados es mayor que el de países en desarrollo. Mientras que de los 48 países considerados por Naciones Unidas como desarrollados existen 1675 funcionarios, de los 145 países en desarrollo hay 1226. Si se conjuntan las variables de género y representación geográfica, el resultado es un total de 502 mujeres de países en desarrollo y 802 de países desarrollados con puestos en la Secretaría.

Reuters – Mike Segar

En tanto al historial de Secretarios Generales por región geográfica ha habido tres de Europa Occidental, el noruego Trygve Lie (de 1946 a 1953), el danés Dag Hammarskjold (de 1953 a 1961) y el austriaco Kurt Waldheim (de 1972 a 1981); dos de Asia, el birmano U Thant (de 1961 a 1970) y el coreano Ban Ki-Moon (2007-2016); dos de África, el egipcio Boutros-Boutros Ghali (de 1991 a 1996) y el ghanés Kofi Annan (de 1997 a 2006); y uno de Latinoamérica, el peruano Javier Pérez de Cuellar (de 1982 a 1991). Guterres es el cuarto Secretario proveniente de Europa Occidental.

Los desafíos para el nuevo Secretario

António Guterres conoce las debilidades y fortalezas del sistema de la ONU. Fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados durante 10 años (de 2005 a 2015). Gran parte de su mandato enfrentó crisis humanitarias que actualmente seguimos viviendo como la cuestión siria. En su mandato, la cifra de desplazados forzados en el mundo aumentó de 38 millones en 2005 a 60 millones en 2015. Además, desde 2010 quince conflictos tomaron fuerza originando un mayor número de personas en búsqueda de protección. Bajo su administración, Guterres impulsó el tema de los desplazados internos e inició una campaña para erradicar la apatridia en 2024. Sobre las políticas de cerrazón de fronteras en Europa, Guterres ha expresado que dichas reacciones «parecen olvidar que los refugiados son víctimas del mismo terror y que rechazarlos sólo alimentaría la propaganda extremista».

Como candidato a la Secretaría General, Guterres dejó claro que la organización debía enfocarse más en la prevención de conflictos. El nuevo Secretario comprende las situaciones que afligen a la comunidad internacional; también tiene experiencia en cómo solucionarlas. Sin duda estas crisis serán el mayor desafío para el Secretario. Además, Guterres tendrá que trabajar para dar legitimidad a las misiones de paz que tanta credibilidad han perdido debido a los acontecimientos de abuso sexual en la República Centroafricana y la República Democrática del Congo, entre otros.

Finalmente, el nuevo Secretario deberá continuar impulsando la disminución de la brecha de género y el respeto a la distribución geográfica en la constitución orgánica de la ONU. En este sentido, Guterres instauró un equipo de transición en el que destacan tres mujeres y dos hombres con amplia experiencia: Kyung-wha Kang de Corea del Sur, especialista en cuestiones humanitarias; Melissa Fleming de Estados Unidos, vocera de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR); Michelle Gyles-McDonnough de Jamaica, experta en desarrollo; Joao Madureira de Portugal, de la misión permanente portuguesa en Naciones Unidas; y, Radhouane Nouicer de Túnez, quien trabajó en ACNUR y actualmente es consejero del Grupo de Crisis Humanitaria de Yemen. Su equipo refleja los objetivos de Guterres, hacer frente a las crisis humanitarias actuales y buscar la manera de evitar nuevas futuras. El nuevo Secretario deberá tener en mente que, para hacer frente a estas críticas situaciones, hay que tener una organización sólida que respete los mismos valores y derechos que promueve.

NATALIA FIGUEROA LIMA es licenciada en Relaciones Internacionales por el ITAM. Es Asistente de Investigación en el Departamento Académico de Estudios Internacionales del ITAM y colaboradora de Foreign Affairs Latinoamérica. Sígala en Twitter en @NatFigli.

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