Richard Feinberg
En este ambicioso estudio, Benjamin Lessing señala que los gobiernos no pueden tratar de alcanzar, simultáneamente, los tres objetivos interrelacionados de combatir el narcotráfico, eliminar la corrupción oficial y reducir la violencia relacionada con las drogas. La conclusión a la que llega, con base en tres casos de estudio detallados de Brasil, Colombia y México, es que los gobiernos que emprenden campañas militares sin cuartel contra los cárteles provocan que estos respondan con ataques brutales y en escalada contra el Estado, en los que inocentes quedan atrapados en el fuego cruzado.
Estas medidas enérgicas indiscriminadas no se han planeado bien porque, como apunta Lessing, los cárteles no intentan hacerse del poder del Estado en tanto que no son insurgentes políticos. Más bien, pretenden disuadir al Estado de utilizar una fuerza contundente para destruirlos. El autor argumenta que un proceder más racional sería instrumentar políticas, como reducir las condenas en prisión y calcular mejor la fuerza represiva, que den a los cárteles incentivos para conducirse más pacíficamente, incluso si eso significa tolerar el narcotráfico y la corrupción oficial.