Los ejes de acción de Mohamed bin Salmán en el gobierno

19 febrero, 2018 • Artículos, Medio Oriente, Portada • Vistas: 8438

Tomada de la cuenta de Twitter @MENAINFORR

Abás Tanus Mafud

Febrero 2018

Los portales de noticias del mundo observaron con sorpresa la decisión del rey Salmán bin Abdulaziz de designar a su hijo, Mohamed bin Salmán, como nuevo heredero al trono saudí en detrimento de su sobrino, Mohamed bin Nayef. A partir de ello, el aumento de poder del joven príncipe se tradujo en una serie de medidas que parecen advertir cambios a nivel local y regional. Dentro de los cambios implementados, destacan 1) la intervención militar en Yemen por medio de una coalición regional que se enfrenta a los rebeldes hutíes; 2) el anuncio de la salida a la bolsa del 5% de la petrolera estatal Aramco en 2018; 3) el bloqueo impuesto por cinco países a Catar; 4) las detenciones de doscientos empresarios saudíes acusados de malversar fondos por 100 000 millones de dólares; 5) la presión ejercida sobre el primer ministro libanés Saad Hariri para que presente su renuncia al cargo; 6) el anuncio de la creación del proyecto urbano Neom y, el cambio más importante, 7) la pretensión de pasar del wahabismo a una doctrina más moderada del islam, incluyendo mayor apertura a la participación femenina en la sociedad y mayor tolerancia a otras religiones, por ejemplo, cuando se realizó la visita del patriarca maronita libanés a Riad.

En este contexto, el estupor con que estas medidas fueron efectuadas por las autoridades saudíes esconde el atraso con que las mismas han atendido el problema central: la dependencia de las cuentas nacionales frente a la industria petrolera. Por ejemplo, Arabia Saudita obtiene más del 70% de los ingresos nacionales de la venta del crudo. El lanzamiento del plan Visón Saudí 2030, realizado por Bin Salmán en 2016, cae al escenario regional años después de que Catar lanzara el plan Visión Nacional 2030 y Emiratos Árabes Unidos lanzara Visión EUA 2021, en 2008 y 2010 respectivamente. Esto refleja lentitud en la gerontocracia saudí frente a sus vecinos del golfo Pérsico, quienes, en cambio, han podido captar rápidamente cuestiones vinculadas con el agotamiento del modelo rentista y el advenimiento de un futuro vinculado al desarrollo de los servicios y las industrias innovadoras. A partir de este punto, se pretende analizar los principales ejes políticos y económicos que pretende llevar a cabo el príncipe heredero para lograr los objetivos del plan Visón Saudí 2030 y las reacciones que han emergido.

El plan Visión Saudí 2030 en clave política

«Arabia Saudita debe ser el corazón de los mundos árabe e islámico, la casa de inversión y el centro que conecta los tres continentes», con esas palabras Mohamed bin Salmán presentaba el plan de desarrollo económico, social y cultural más ambicioso de la historia saudí. Palabras que recibieron el beneplácito de los mercados y una parte de la población joven, principal grupo destinatario del plan del gobierno. Agentes del mercado se encuentran deseosos de concretar acuerdos que los consoliden en la carrera por las acciones de la petrolera estatal Aramco y el avance de negocios en el sector privado. Mientras que la población juvenil muestra el cansancio de una postura religiosa rígida que ha llevado al atraso en comparación con las monarquías moderadas del golfo Pérsico. «Simplemente estamos retomando nuestras creencias: un islam moderado, abierto al mundo y a todas las religiones. El 70% de los saudíes son menores de 30 años, y sinceramente no perderemos 30 años de nuestra vida luchando contra los pensamientos extremistas, por lo que vamos a destruirlos inmediatamente», explicó el rey en una entrevista en 2017.

Con base en lo anterior, el príncipe se planteó una serie de ejes de acción. Primero, la creación del fondo soberano de inversión más grande de la historia con un capital de 2000 millones de dólares. El fondo tiene como objetivo central diversificar la economía para reducir la dependencia de los ingresos del crudo y responder a las fluctuaciones de este mercado. Para ello, abogará por el crecimiento de la producción industrial y los servicios, siendo el impulsor de la creación de una zona comercial e industrial que conectará con Egipto y Jordania, conocida como Neom, en la cual se desarrollarán las industrias de energía y agua, biotecnología, alimentos, tecnología avanzada y entretenimiento, teniendo una función similar a la de Dubái o Doha en los países limítrofes. Frente a la necesidad de recaudar fondos para el ambicioso plan, el segundo eje consiste en la salida a las bolsas local e internacional de una pequeña parte del paquete accionario de Aramco (se espera que el valor oscile entre los 50 000 y 100 000 millones de dólares). También, se está procediendo a una reducción de la burocracia que permita eliminar algunas barreras a la inversión, de esta manera también se pretende mejorar la competitividad. Dentro de los países árabes, Arabia Saudita se ubica en tercer lugar en el Índice de Competitividad Internacional del Foro Económico Mundial detrás de Catar y Emiratos Árabes Unidos.

El joven heredero decidió dejar las sombras para pasar al frente de forma activa, dejando de ocultar acuerdos con Estados Unidos e Israel para hacer frente a la República Islámica de Irán.

 

El eje más controvertido es el combate de la corrupción, ya que este flagelo esta descontrolado en el país. En 2016, Arabia Saudita ocupó la posición 62 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional con 42 puntos (100 puntos implica un país sin corrupción), detrás de Emiratos Árabes Unidos (24) y Catar (31). Se estima que las cifras bajo el crimen de corrupción son de 100 000 millones de dólares. En lo que supone una pronta respuesta, Bin Salmán creó una Oficina Anticorrupción que depende directamente de él y que en los primeros días de noviembre procedió a la detención de doscientas personas (empresarios y príncipes), destacándose entre ellos Al Waleed bin Talal, quien de acuerdo a la revista Forbes es uno de los hombres más ricos del mundo. Este hecho ha sido considerado por varios especialistas y representantes de diferentes organizaciones, como una verdadera purga de opositores. Asimismo, pese a que una parte de la población local consideró acertada la medida, el traslado de los acusados a un hotel de lujo (Ritz-Carlton en Riad) le ha restado impacto positivo, demostrando el desatino de las autoridades saudíes como poder blando.

Por otra parte, el plan estima un conjunto de cambios sociales respecto al mercado laboral, la participación de las mujeres en la fuerza laboral proyecta un incremento de 22% a 30%; la tolerancia religiosa (se le quitó poder a la policía religiosa que ya no puede actuar de oficio) y la política exterior. Respecto a este último punto, el joven heredero decidió dejar las sombras para pasar al frente de forma activa, dejando de ocultar acuerdos con Estados Unidos e Israel para hacer frente a la República Islámica de Irán.

Reacciones y Expectativas

El apoyo de Salmán bin Abdulazis a las propuestas de su hijo ha sido clave para las reacciones de funcionarios y una parte del clero. De hecho, los defensores del príncipe consideran que, a pesar de drásticas, se están tomando las medidas necesarias para cambiar la economía del reino y repeler la agresión iraní. Asimismo, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se manifestó a favor del horizonte trazado por los saudíes.

Respecto a los mercados (suelen reflejar la visión de la comunidad local), a pesar de la incertidumbre que primó al principio debido a las detenciones, la bolsa saudí, Tadawul, cerró el 12 de noviembre de 2017 con un crecimiento de 0.32% (exceptuando la caída de 9.9% en el valor de las acciones de Kingdom Holding Co., empresa del príncipe Al Waleed). Debido a este crecimiento, la población ha logrado permitir la aceptación de las medidas, contando especialmente con el apoyo de los que ven esto como el camino correcto para acabar con la corrupción en los niveles más altos del gobierno y de las empresas. Junto a ello, los mercados petroleros asiáticos no parecieron aturdidos por todos los cambios sucedidos. No todo es optimismo dentro de la población local y la comunidad internacional, ya que existen sectores que consideran que muchas de las medidas son simplemente nuevos disfraces para el régimen saudí y la opresión de minorías o probables opositores.

Por último, Mohamed bin Salmán ha llegado al escenario regional con ímpetu, dinamismo y ambición. Falta considerar si esto es en verdad una nueva etapa o, en cambio, si es simplemente un lapso breve para la consolidación del poder. Asimismo, en el plano económico, Arabia Saudita debe acelerar sus esfuerzos frente al agotamiento del Estado rentista, para ello el Plan Visión Saudí 2030 será la clave.

ABÁS TANUS MAFUD es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de San Juan, Argentina y asesor parlamentario en asuntos árabes y relaciones exteriores. Es candidato a maestro en Economía y Política Internacionales por la Universidad de San Andrés y profesor en la Universidad Católica de La Plata. Cuenta con un certificadoen Geopolítica en el Medio Oriente por la University of Kaslik-Lebanon. Sígalo en Twitter en @atmafud.

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3 Responses to Los ejes de acción de Mohamed bin Salmán en el gobierno

  1. Pablo dice:

    Muy concreto y claro en la explicación… gracias x la info.

  2. aurelia dice:

    Tribalism and feudalism endured because the patriarchs imposed limits on their power via norms, which offset the lack of formal Constitutional controls seen in bourgeois capitalist republics. The latter have freed themselves from bonds of blood loyalty, oaths of honor, and the need for reciprocity towards the rank and file, in favor of utter market ruthlessness. So they have to formally divide power and property, both between public and private, and between national and local, legislative, judiciary and executive, etc. to stave off those conflicts of interest recognized by the citizens as «corruption. Saudi Arabia has always existed in violation of this Western paradigm. So it had to cling to older bases of solidarity. But of course, that means leaving money on the table, the ultimate sin to capitalists. Prince MbS is just Westernized enough to be seduced by the idea he can turn the Saudi/Aramco corporate state into one giant, unregulated corporation operating at full market efficiency without any legal restraint. So he tried to function as a Frankenstein hybrid of robber baron and sovereign. Ironically, Trump and Putin and whoever is leading China this decade all reflect similar impulses. But their populations have been getting prepared for this by powerful institutions for decades.

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