11 enero, 2017 • Artículos, Reseñas • Vistas: 11188

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  Claudia A. Fernández Calleros

Como en otros países de Latinoamérica, la historia política reciente de Nicaragua refleja una constante lucha por consolidar un régimen democrático y transparente. Las elecciones presidenciales de 1990, en las que resultó electa Violeta Chamorro, marcaron el fin de la guerra civil nicaragüense y el inicio de una transición política a un Estado democrático moderno. Sin embargo, tras el regreso de Daniel Ortega a la presidencia en 2007 y su tercera reelección en 2016 con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, cabe cuestionarse si el actual gobierno de Nicaragua aún persigue este objetivo.

El régimen de Ortega: ¿una nueva dictadura familiar en el continente? contribuye a este debate. Escrito por el excandidato a la presidencia Edmundo Jarquín, la socióloga Elvira Cuadra, el jurista Julio Icaza, el politólogo José Antonio Peraza, el experto en derechos humanos Uriel Pineda, el comunicólogo Guillermo Rothschuh y el exdiputado opositor Enrique Sáenz, este libro ofrece una crítica al régimen de Daniel Ortega fundamentada en un análisis de su gobierno y el retroceso de la democracia nicaragüense.

En el primer capítulo, Jarquín analiza la naturaleza del régimen orteguista, resalta sus matices «principescos», en comparación con otros países latinoamericanos afiliados a la corriente del socialismo del siglo xxi, y establece los factores que contribuyeron a su consolidación en el poder. En el capítulo dos, Icaza analiza los cambios en el sistema legal que le permitieron a Ortega celebrar en 2016 unas elecciones sin oposición real y sus antecedentes inmediatos en un Estado de derecho aún frágil. Por su parte, con el objetivo de evidenciar el derrumbe paulatino del sistema electoral Peraza expone el fraude en las elecciones municipales de 2008 y la incapacidad de verificar los resultados de las elecciones generales de 2011. Elvira Cuadra se centra en la subordinación de las fuerzas armadas y de la Policía Nacional a los intereses personales de Ortega y examina la reprivatización del monopolio de la fuerza en Nicaragua y la
sistemática violación de los derechos humanos. Estrechamente relacionado, en el capítulo escrito por Rothschuh se aborda el control del régimen orteguista sobre los medios de comunicación y la represión de la libertad de expresión. Por último, Sáenz expone el corporativismo de Ortega, que tiene buenas relaciones con la élite económica, pero no ha logrado aprovechar las condiciones económicas favorables que se presentaron al inicio de su gobierno para mejorar la situación del segundo país más pobre de Latinoamérica.

Este conjunto de textos multidisciplinarios permite contextualizar el escenario político actual de Nicaragua en uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Si bien es muy pronto para prever lo que sucederá tras las elecciones de noviembre de 2016 y cuáles serán sus efectos en el sistema democrático, El régimen de Ortega: ¿una nueva dictadura familiar en el continente? es un llamado de atención a la comunidad internacional por parte de la oposición política nicaragüense que no debe ser ignorado.