Cuatro postales sobre las elecciones en Chile

6 febrero, 2018 • Artículos, Latinoamérica, Portada • Vistas: 4943

EFE

Rodrigo Morales Castillo

Febrero 2018

El 17 de diciembre de 2017, Chile eligió como Presidente, por segunda ocasión, a Sebastián Piñera. El resultado final de esta elección, a pesar de algunos pronósticos, fue un contundente triunfo de la derecha chilena, teniendo como corolario la aceleración de la fragmentación de la alianza oficialista de centro izquierda, el achicamiento del centro político chileno y la acentuación de la crisis de identidad que vive la izquierda del país sudamericano.

El error en las encuestas

Las encuestas buscan dar certeza sobre las preferencias de los electores, y en muchos casos ayudan al electorado a tomar decisiones prácticas sobre el sentido de su voto, sin embargo, en esta elección los estudios demoscópicos tuvieron un deficiente desempeño. En la primera vuelta sobreestimaron los sufragios obtenidos por Piñera (4.5% en promedio) y, aún más grave, subestimaron los votos de Beatriz Sánchez, del Frente Amplio (9.1% en promedio).

En la segunda vuelta apuntaban hacia una contienda muy cerrada, donde el ganador se impondría por entre 2% y 3% (alrededor de 300 000 votos). Finalmente, el resultado final entre Piñera (54.6%) y Alejandro Guillier (45.4%) fue de 9.2%, más de 635 671 votos de diferencia.

Este bajo desempeño de las encuestas en Chile se suma a los errores cometidos en la reciente elección presidencial en Honduras y al referendo sobre el Proceso de Paz en Colombia, hace poco más de un año. La desafección partidista e ideológica, el creciente número de independientes y la apatía y desencanto con la política son elementos que volatilizan las preferencias políticas de los ciudadanos, dificultando la realización de estimaciones eficaces.

Incremento en la participación electoral

En la elección presidencial de 2013, entre la primera y la segunda vuelta, el número de votantes se redujo en 1 001 260 (pasando de una tasa de participación de 49.35% a 41.98%). Por tal motivo, se auguraba que en esta elección habría también una menor participación en la segunda vuelta, empero, hubo 359 792 chilenos más que votaron, elevando la tasa de participación a 49.02% (2.32 puntos porcentuales más).

En la elección del 17 de diciembre, Guillier logró 1 663 109 votos extras, con respecto a la primera vuelta, mientras que Piñera ganó 1 378 680 sufragios más. De tal forma, Guillier consiguió un mayor incremento de votos en 220 comunas, mientras que Piñera en 125. Solamente en una comuna (General Lagos), ambos candidatos obtuvieron un menor número de votos que los que sacaron en la primera vuelta.

Deficiente desempeño de Guillier entre los votantes de centro izquierda

A pesar del incremento en el caudal de votos conseguidos en segunda vuelta, el candidato oficialista tuvo un mal desempeño capturando el sufragio conquistado por los candidatos de centro izquierda en primera vuelta, ya que se quedó 495 675 votos por debajo. Solamente en 30 comunas alcanzó a sacar un número mayor de votos a los ganados anteriormente por la centro izquierda, mientras que Piñera, por su parte, tuvo un aumento en 341 comunas en el total de votos previamente ganados por la derecha, lo que equivalió no solo a mantener el monto obtenido en primera vuelta por él y José Antonio Kast, el otro candidato de derecha, sino sumar 855 467 sufragios nuevos.

Bachelet tuvo un mejor desempeño que Guillier

Parte de la fragmentación por la que hoy atraviesa la alianza oficialista y la izquierda chilena se manifiesta cuando se contrasta el voto obtenido, en segunda vuelta, por Bachelet y Guillier. Si bien las dos elecciones no son comparativas, por el aumento de electores entre 2013 y 2017, Bachelet tuvo un mejor resultado en todas las comunas chilenas, e incluso, con un padrón electoral menor, sacó 310 154 votos más que Guillier.

El 11 de marzo de 2018 Michelle Bachelet entregará la presidencia a Sebastián Piñera, misma que éste le había regresado cuando de manera previa Bachelet se la trasferido inicialmente. En este ir y venir del poder, que involucra a dos personas en 16 años, es que se desenvuelve la vida política reciente de Chile. Sin embargo, la estridente entrada del Frente Amplio al espectro político, con la consecuente división de la izquierda y la reducción de centro político, así como de una derecha que ha salido fortalecida, obliga a replantear las alianzas tradicionales y a repensar las dinámicas políticas que habían persistido desde el restablecimiento de la democracia en Chile en 1991.

RODRIGO MORALES CASTILLO es maestro en Estudios Internacionales por la Universidad Torcuato Di Tella. Es analista internacional. Sígalo en Twitter en @rodrigomoralesc.

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