Juan Ernesto Trejo
Febrero 2014
Todos los consulados tienen una parte operativa que es fundamental. La documentación, la protección, el futuro en educación, la atención, los asuntos de comunicación estratégica y demás forman parte de la vida cotidiana de las oficinas. Pasaportes, matrículas, actas de nacimiento o registros, protección de derechos migratorios, derechos humanos, laborales, civiles, penales, trata de personas, pena de muerte, procesales, administrativos o repatriación de restos son palabras que se escuchan diariamente en el Consulado de México en San Francisco.
La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares en su apogeo.
En cuanto a las labores de difusión, la agregada de Prensa y Comunicación Social, Gabriela Mardero, narró el arduo trabajo que significa llevar la relación del consulado con los medios de comunicación locales. Esta parte del consulado se encarga de las estrategias de comunicación social y le tiene que hacer frente, en ocasiones, al desinterés de la prensa anglo por las actividades del propio consulado. Sin embargo, parte de este desinterés es explicado porque el público que consume noticias en inglés es muy local. También, recordemos que en Estados Unidos «All politics is local». Gabriela Mardero informó que el consulado cuenta con una hora de radio al mes llamada «ventana a la comunidad» en la que difunden sus campañas, como la que realizarán en marzo de 2014 con la semana de educación financiera en la que aconsejarán cómo ahorrar o cómo solicitar crédito. Esta jornada informativa la darán en la planta baja del consulado, en donde la mayoría de los mexicanos podrá sentarse a escuchar la información después de haber pasado por el control de seguridad de la entrada principal.
También, esta parte consular se encarga de realizar síntesis de prensa del Área de la Bahía, boletines, comunicados y monitoreo de toda la información que le interese a México y que salga de esta zona de California. Es importante destacar que se trata de un área del consulado que está consciente de que, en la era de las redes sociales, los costos para comunicar las labores y llegar a la gente disminuyen, pero, al mismo tiempo, aumenta la responsabilidad y la exigencia de que lo que comuniques esté bien comunicado; bien dicho.
Tal y como prevería el académico Genaro Lozano, la cancillería mexicana ha comenzado a darse cuenta de la importancia de contar con una diplomacia pública digital. Tal vez aún lejos de ser la ejecutada por Hillary Clinton y Alec Ross, pero sin duda es el inicio de algo que México necesitaba hacer para no quedarse atrás.
Otro día comienza en el consulado mexicano y el encargado de la revisión de documentos en la entrada del edificio del 532 de Folsom Street, un empleado local de 64 años que fue invitado por el embajador Marcelo Vargas Campos (excónsul general en San Francisco) a trabajar con él, tiene 30 años viviendo en San Francisco en compañía de su familia. Brinda atención al público y sabe que lo que la gente necesita es ayuda y calidez humana. Su forma de trato laboral radica en la frase de «Atender a la gente justo como a nosotros nos gustaría ser atendidos». Reconoce que MEXITEL, el organismo encargado de dar información y programar las citas en el consulado a los mexicanos y que está en funciones desde la administración de la canciller Patricia Espinosa, aún tiene deficiencias, pues hace falta un difusión clara que pueda ser entendida por la gente. Sin embargo, cree que es necesario para mejorar el proceso de los trámites y para cumplir con el objetivo importante de dar asistencia y protección a los paisanos. Tal y como mencionó, «es necesario que la gente se preocupe por obtener sus documentos, hay maneras para obtenerlos, pero muchas veces no lo logran por falta de información o por descuido, por no darle seguimiento o estar atentos a los requisitos». Recordemos que se trata de personas que en muchas ocasiones no cuentan con un solo documento que verifique que son ellas.
En el tercer piso del edificio, los asuntos políticos y de educación son seguidos por el ministro Guillermo Bernal, quien asegura que el Consulado lucha por fortalecer dos temas importantes, principalmente: lograr que los jóvenes que pueden estudiar la licenciatura en México vayan al Área de la Bahía a hacerlo y el cómo aumentar el interés de los jóvenes mexicanos de la circunscripción por estudiar una licenciatura. Esto porque muchas veces los hijos de mexicanos que ven que sus padres han tenido un éxito económico relativo en negocios ya no quieren estudiar o no le ven las ventajas de hacerlo. Pueden vivir con trabajos que no requieren de una calificación más alta. Para ellos, el mundo académico se acaba al terminar la high school y muchas veces ni eso. Con ello, se condenan en el largo plazo a tener un ingreso menor del promedio del que cuentan los ciudadanos estadounidenses o sus excompañeros de clases de la high school. Asimismo, otra labor que fomentan es trabajar para que el reingreso social de la gente que regresa a México pueda ser mano de obra calificada. Recordemos que uno de los problemas más graves del fenómeno de reinserción social de la migración de retorno es que los mexicanos que regresan a su país cuentan con desventajas como no tener dinero y no contar con ofertas laborales, además del estigma social del migrante que aun impera en algunas comunidades mexicanas que los hace sentir «ni de aquí ni de allá».
Por otro lado, Guillermo Bernal comentó las ventajas que presentan algunos estados: «Texas tiene la virtud de que cualquiera de Nuevo León o Coahuila puede estudiar ahí casi con las mismas ventajas de un ciudadano estadounidense. Hay que lograr que eso también suceda en California. Es necesario pensar que a veces hay menores costos políticos y económicos al invertir para que la gente pueda estudiar aquí con becas que crear nuevas universidades mexicanas o solventar a los sindicatos de algunas otras. Es necesario acercar a los estados de la frontera con Estados Unidos en materia de educación. Una persona que creció en Tijuana prácticamente habla inglés sin haberlo estudiado».
El trabajo sigue saliendo y desde la ventana de la oficina de Adriana González y su departamento de 7 personas encargados de los temas de protección se ve el Bay Bridge que une a San Francisco con Oakland. Desde el segundo piso del edificio, y muchas veces fuera de él, ellos trabajan en parsimonia con los acuerdos con las autoridades migratorias y las convenciones de asuntos consulares. «En el tema migratorio, el consulado en San Francisco tiene un gran trabajo porque tenemos migrantes en el sector campesino (hacia el Valle de Napa y Sonoma), en el de la construcción (más hacia la frontera con Oregón) y en el de servicios (dominado por la gran comunidad yucateca que tenemos trabajando en el sector restaurantero). En cuanto a la seguridad legal de los migrantes, al tener 13 condados en nuestra jurisdicción, lidiamos con los más liberales, como San Francisco y Berkeley que son ciudades santuario, hasta con los más conservadores, como Contra Costa o Solano, en donde una persona que por no tener una luz del coche en funcionamiento puede ser llevada a las autoridades migratorias de inmediato si es que no logra identificar su situación legal migratoria. Ello nos puede originar casos de menores que se quedan solos porque los padres son detenidos por las autoridades migratorias e incluso son deportados […] El Centro de Detención de San Francisco es el punto regional de donde salen las personas que van a ser deportadas. Tenemos que asegurarnos, por ejemplo, que a las mujeres y las embarazadas no las deporten a la frontera en la noche o que cuando las dejen ahí no se queden sin dinero. Es necesario velar por sus derechos. También, tenemos a 38 mexicanos sentenciados a pena de muerte en nuestra jurisdicción, en la prisión de San Quentin, y otros presos más en Pelican Bay. Para ello, el gobierno de México contrató a un despacho de abogados para la defensa y apelación de los 38 casos. Generalmente, trabajamos también con el California Appellate Project y el Habeas Corpus Resource Center para este tema […]», comentó Adriana González.
«En cuanto al tema de la Trust Act de California, la discrecionalidad está en si los van a retener para entregarlos a migración o no. En San Francisco, la policía ni siquiera le toma las huellas a la gente ni las retiene para entregarlas a migración, pero, por ejemplo, elsheriff del condado de Marin, puede no desentenderse o entregar a detenidos indocumentados a la Immigration and Customs Enforcement», continuó González. En cuanto a temas civiles, por ejemplo, «en Hawái hay casi 40 000 mexicanos, quienes entran al estado y, si se les vence el visado o el permiso, no pueden salir del estado, ni siquiera pueden viajar entre las islas. Hay ocasiones en las que los agricultores llegan a la cosecha del café en Kona o profesionistas a los sectores de servicios y se quedan atorados con el visado vencido. Por eso hacemos consulados móviles. Sin embargo, es muy estricto el control, porque si vamos a Honolulu, los de Maui no pueden ir a esta isla a tramitar sus documentos, tenemos que ir nosotros hasta donde están ellos», finalizó Adriana González.
Al igual que el resto de los más de 40 empleados del consulado, Jesús Gutiérrez trabaja en la parte de registro civil y nacionalidad. En esta área registran de 3 a 4 niños diariamente. Con esto, sus padres tienen la satisfacción de saber que sus hijos nacidos en Estados Unidos gozarán de las ventajas de la nacionalidad mexicana. «El registro civil de los consulados es muy eficiente y adecuado para el mundo de hoy. La gente a la que le emitimos un certificado o un acta puede ir, por ejemplo, al consulado general en Barcelona, España, y obtendrá una copia certificada del acta que les expedimos aquí en San Francisco. También, como ningún mexicano por nacimiento puede perder su nacionalidad, todos aquellos mexicanos que perdieron su nacionalidad antes del 1998 ahora la pueden recuperar. En México permitimos la doble nacionalidad. De la misma manera, realizamos trámites de cartillas de servicio militar o cartas poder para los divorcios civiles. De igual forma, la SRE tiene ahora convenios con el ISSSTE y el Seguro Social para que, si estás en San Francisco y ya eres jubilado, puedas pasar la supervivencia y cobrar tu cheque de pensionado en el consulado» dice Jesús Gutiérrez. En cuanto al área de visas, no solo realizan la documentación de mexicanos, sino también la de extranjeros, lo que para Jesús y muchos de nosotros es vital, «pues es el primer contacto que tiene el futuro rentista, inversionista, pensionado o empresario que escogió México como destino, es la primera impresión».
En cuanto a la agenda del cónsul general, en una tarde se llevó a cabo la plática con estudiantes de la Berkeley Law School para dialogar acerca del «Momento México 2014». En esta reunión se dieron a conocer las principales reformas de 2013 y su impacto en la economía mexicana. Esta reunión contó con los comentarios de las cónsules de Colombia, Ilse Bechara, y de Venezuela, Tibisay Lugo, así como de los académicos Adrew Guzman y Robert Cooter. En su intervención, Cooter afirmó que «La única manera para salir adelante y salir de la pobreza tiene que ver con productividad, creatividad, innovación y un marco jurídico estable». Después de esta actividad, la agenda fue interrumpida, pues el cónsul se encargó de gestionar con el departamento de protección la repatriación de los restos de un connacional a territorio mexicano.
En la mañana del siguiente día, el cónsul general se reunió con los directores de la Anti-Defamation League, organismo dedicado a evitar la difamación, luchar contra los crímenes de odio, el bullying y promover el trato justo para todos con base en los derechos civiles y la educación. Esta asociación es una de las que más presencia pública tienen y procura el respeto a los derechos humanos sin importar quién sea la víctima. Dado a que hay un grupo de mayas mexicanos que sufren de crímenes y abusos en la circunscripción del consulado, estas reuniones son más que necesarias y benéficas para la gran comunidad de dicho grupo que viven actualmente en el Área de la Bahía, y para compartir e intercambiar la experiencia en el combate a la discriminación y los crímenes de odio. Asimismo, en la tarde de ese día, el cónsul general se reunión con un empresario indio con interés en invertir en México. Dicho empresario tienen una empresa con sedes en San José, San Francisco y Los Ángeles, California, y necesitaba saber cómo llevar su negocio a México, porque quiere expandir su empresa hacia Latinoamérica, pero no sin antes aprender de la cultura latinoamericana, y en específico, de la mexicana. Ambos hablaron de impuestos y condiciones para hacer negocios en el país, así como de las reformas fiscales y financieras por las que el empresario se interesó por invertir en México. Además, dijo que hay muchos empresarios de su comunidad con interés en invertir en el país gracias a estos cambios. El cónsul le mostró las opciones que tenía poniéndolo en contacto con ProMéxico.
Más tarde, Andrés Roemer pudo compartir en la primer junta de 2014 del equipo del consulado un mensaje en cuanto a la pobreza y la productividad, entre lo que destacó que a pesar de los programas asistenciales, no se ha avanzado mucho para erradicar a la pobreza en México. Esto en parte a que no ha habido el suficiente crecimiento económico. «Si crecemos al 2% anual, en diez años tal vez veremos resultados, pero por qué esperar tanto si podemos crecer a una tasa mayor y generar con ello mejoras sociales. La productividad hoy es la condición necesaria para que un país crezca, pero además de ello, el secreto del crecimiento es la innovación y la creatividad […] La productividad tiene que ser democratizada, de nada sirve que la mayoría del PIB de México solo salga del Distrito Federal, Nuevo León, Jalisco o Estado de México. Para esto, ¿por qué no hemos sido productivos? Mucho tiene que ver con la manera de pensar, con las ideas y el conocimiento que se tiene; con las malas prácticas, como ser envidiosos, ‘tirarle al prójimo’, no ser cuestionadores, no saber trabajar en equipo, no ser arriesgados, no aprender a aprender, no amar aprender, no ser distintos», comentó Roemer.
Con esto, posiblemente mucha gente seguirá teniendo dudas del porqué una persona como Andrés Roemer funge como cónsul general de México en San Francisco. Sin embargo, con una semana de observación e investigación se puede ver y percibir el desempeño de sus deberes y los de los más de 40 empleados del Consulado, es claro que se trata de un cónsul que se reúne con Condolezza Rice en Stanford y con Janet Napolitano, quien hoy preside el sistema de la University of California, para tratar temas de cooperación en educación, como también los hay con la Singularity University; con presos mexicanos condenados a pena de muerte en la prisión de San Quentin, en Marin, California; que se reúne con empresarios chinos e indios que, interesados por los cambios económicos, desean invertir en México; con académicos, como el doctor Robert Cooter, y estudiantes mexicanos de posgrado de UC Berkeley para hablar de las labores del Consulado y la lucha de México por alcanzar el anhelado crecimiento económico y de su nueva «marca país»; que recibe reconocimientos por sus planes de trabajo por parte del Congreso de Hawái (estado que pertenece a la circunscripción del consulado en San Francisco); que detiene cualquier evento si surge una emergencia como la repatriación de los restos sin vida de algún nacional mexicano, lo cual se resuelve con ayuda del área de protección del Consulado; que se reúne con personas de Google para intercambiar ideas en cuanto a temas sociales y de innovación para México, como la obesidad y la nutrición; que quiere invitar a mexicanos talentosos de la Bahía a una charla con el personal del Consulado para asuntos motivacionales y de enriquecimiento humano, para que de esa manera se fomente la integración del personal y así mejorar su funcionamiento. Se trata de una persona polifacética que se dedica de tiempo completo a emplear sus redes de networking y cabildeo para propiciar el beneficio de México -sin descuidar la protección de los mexicanos de la circunscripción- mientras que en los fines de semana (los pocos que quedan libres) se dedica a decenas de proyectos más empezando por su familia.
Es una buena oportunidad para México aprovechar el acceso a otras ligas que ofrece Andrés Roemer y la cancillería conoce acertadamente esta ventaja. «Se trata de tener lo mejor del mundo en México y lo mejor de México en el mundo» y aplicarlo a una «marca México» que está cambiando y siendo posicionada en el siglo XXI.
Finalmente, recordemos que también desde «lo local» se debe concertar el cabildeo en Estados Unidos; que hay un Congreso que responde a lo que su electorado le demanda; que aún hay una reforma migratoria que no es aprobada por la Cámara de Representantes y que de serlo posiblemente no beneficie con la residencia permanente al mismo número de indocumentados que fueron propuestos en el Senado, sino solo en su mayoría a los dreamers. Para muchos migrantes e incluso políticos queda la pregunta del porqué los demócratas no impulsaron la reforma cuando en 2009 y 2010 controlaban ambas cámaras del Congreso, tal y como lo cuestiona Maribel Hastings y el congresista por Illinois Luis Gutiérrez. Si los migrantes representan un beneficio demográfico y económico neto para Estados Unidos, ¿por qué no aceptarlos aún? Recordemos que la no asimilación social de los mexicanos con la cultura estadounidense que definía Huntington tal vez sea solo un mito, como sugiere Shannon O’Neil.
JUAN ERNESTO TREJO es licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, asociado joven del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) y coordinador editorial de Foreign Affairs Latinoamérica. Sígalo en Twitter en @juanernestotg.
* Fotografías por Juan Ernesto Trejo
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